Autora: Ana Muñoz


El ajo es un bulbo comestible de una planta de la familia del lirio.

El ajo, las cebollas, los puerros, los chalotes y las cebolletas se clasifican como miembros del género del allium.

El ajo y sus componentes orgánicos pueden ser inhibidores eficaces del proceso canceroso.

1. ¿Puede el ajo prevenir el cáncer?

Varios compuestos están implicados en los efectos anticancerígenos del ajo. El ajo contiene sulfuro alílico y otros compuestos que enlentecen o detienen el crecimiento de las células del tumor.

Las ventajas del ajo no están limitadas a una especie específica, a un tejido particular, o a un agente carcinógeno específico. De 37 estudios de observación en seres humanos usando el ajo y los componentes relacionados de sulfuro alílico, 28 estudios mostraron un cierto efecto en la prevención del cáncer. La evidencia es particularmente fuerte para la prevención de los cánceres de próstata y estómago.

Sin embargo, toda la información disponible procede estudios de observación que comparan la incidencia del cáncer en las poblaciones que consumen o no consumen el ajo (estudios epidemiológicos), modelos animales, o las observaciones con cultivos celulares. Estos resultados todavía no han sido verificados por ensayos clínicos en seres humanos.

Aunque los beneficios del ajo en la salud son conocidos, una ingesta excesiva puede tener efectos dañinos. Los estudios muestran la aparición de síntomas como olor a ajo en el aliento y piel, reacciones alérgicas ocasionales, diarrea y trastornos estomacales, disminución de los niveles de calcio, asociación con asma bronquial y dermatitis de contacto, así como una posible asociación con la producción de esperma en varones.

Los preparados de ajo varían en la concentración y en el número de compuestos activos que contienen. Así, el control de calidad es una consideración importante cuando alimentos como el ajo se consideran para su uso como agente en la lucha contra el cáncer.

2. ¿Cómo puede el ajo prevenir el cáncer?

Varios compuestos están implicados en los posibles efectos anticancerígenos del ajo. El ajo contiene sulfuro alílico y otros compuestos que frenan o detienen el crecimiento de las células del tumor.

Los compuestos de sulfuro alílico, contenidos en el ajo y las cebollas, hacen que las células sean vulnerables al estrés creado por los productos de la división celular. Dado que las células del cáncer se dividen muy rápidamente, generan más estresores que la mayoría de las células normales. Así, las células cancerosas se ven dañadas por la presencia de los compuestos de sufuro alílico en un grado mucho mayor que las células normales.

La química del ajo es complicada. Consecuentemente, la calidad del ajo depende del proceso de fabricación. Pelar el ajo y procesarlo para hacer aceite de ajo o polvo puede aumentar el número y la variedad de compuestos activos. Pelar el ajo libera una enzima llamada allinasa y comienzan entonces una serie de reacciones químicas que producen disulfuro alílico, que se forma también cuando se corta o se machaca el ajo crudo.

Sin embargo, si el ajo se cocina inmediatamente después de pelarlo, la alinasa se hace inactiva y se pierde la eficacia del ajo para combatir el cáncer. Los científicos recomiendan esperar 15 minutos después de pelar el ajo para permitir que la reacción de la allinasa tenga lugar. Procesar el ajo para hacer aceite o polvo de ajo libera otros agentes que sirven para combatir el cáncer. Los resultados inconsistentes de las investigaciones realizadas pueden ser debidos, al menos en parte, a los problemas causados al estandarizar todos los compuestos activos en los preparados de ajos.

Fuente: National Center for Complementary and Alternative Medicine. National Institutes of Health. USA.