Autora: Ana Muñoz

Las personas con fibromialgia suelen tener problemas de sueño, lo que impide que se produzca la curación y reparación típicas que se dan durante el sueño en el resto de las personas. Según los estudios realizados, las personas con fibromialgia tienen actividad cerebral anormal durante las fases profundas del sueño, lo que impide una recuperación adecuada.

La anomalía alfa-delta

En condiciones normales, el sueño tiene varias fases y una de las más importantes para la recuperación física y mental es la fase de sueño profundo (también llamada fase N3 o sueño de ondas lentas). En esa fase, el cuerpo repara los tejidos, regula el sistema inmunitario, consolida la memoria y restaura los niveles de energía.

Los estudios con electroencefalogramas  —que registran la actividad eléctrica del cerebro mientras dormimos— han encontrado que en personas con fibromialgia ocurre algo anómalo durante esta fase profunda: se produce una “intrusión alfa”. Las ondas alfa son típicas de un cerebro en estado de relajación mientras una persona está despierta, no durante el sueño profundo. En las personas con fibromialgia, durante la fase de sueño profundo se cuelan estas ondas alfa, lo que hace que el cerebro nunca entre completamente en estado de descanso profundo. Es como si el cuerpo estuviera dormido pero el cerebro “siguiera atento”, interrumpiendo la calidad del descanso. Este patrón se conoce como "anomalía alfa-delta" (ondas alfa invadiendo las ondas delta, que son las del sueño profundo).

Consecuencias de esta anomalía: aunque duerman no descansan realmente. Por eso muchas personas con fibromialgia dicen que se despiertan más cansadas de lo que se acostaron, incluso si duermen 8 horas o más. Además, esto agrava la fatiga, el dolor muscular y los problemas cognitivos, porque el cuerpo no ha podido hacer su trabajo de “reparación nocturna”.

¿Podría ser esta alteración del sueño la causa de la fibromialgia?

No se puede decir con certeza que sea la única causa, pero hay mucha evidencia de que el mal descanso, especialmente la falta de sueño profundo, podría ser un factor fundamental en su desarrollo. Algunos expertos incluso creen que, en ciertos casos, la fibromialgia podría comenzar a raíz de un problema crónico de sueño. Veamos qué dice la investigación:

1. Estudios en personas sanas: cuando se interrumpe sistemáticamente el sueño profundo a personas (fase N3), al cabo de unos días desarrollan: dolores musculares, fatiga, dificultad para concentrarse. Se trata de síntomas muy parecidos a los de la fibromialgia.

2. Personas con insomnio crónico o apnea del sueño: tienen más riesgo de desarrollar síndromes de dolor crónico como la fibromialgia. Se cree que dormir mal afecta la forma en que el cuerpo regula el dolor, lo que puede hacer que dolores leves se sientan como dolores intensos.

3. En la fibromialgia, el sueño no es reparador: el patrón anómalo del que hablábamos antes (intrusión de ondas alfa en el sueño profundo) impide que el sistema nervioso se regenere como debería. Esto puede mantener o incluso agravar los síntomas día tras día.

En muchas personas con fibromialgia, se crea un círculo vicioso difícil de romper: Mal sueño → Aumento del dolor → El dolor interrumpe el sueño → Más fatiga y dolor → Más alteración del sueño...

Teoría del "trastorno de regulación del sueño como desencadenante"

Algunas investigaciones proponen que la fibromialgia no es solo un problema muscular o del sistema nervioso, sino un trastorno en cómo el cerebro regula el descanso y la percepción del dolor. En este modelo el sueño no reparador sería la base del desequilibrio. A partir de ahí, el sistema nervioso se vuelve hipersensible a estímulos normales. Eso explicaría por qué muchas personas tienen dolor sin lesiones evidentes.

A modo de conclusión, no se puede afirmar con seguridad que el trastorno del sueño sea la única causa de la fibromialgia, pero en muchos casos, parece ser un desencadenante importante o incluso la base sobre la que se construyen los demás síntomas. Por eso, mejorar la calidad del sueño suele ser una de las cosas más efectivas para aliviar la fibromialgia, incluso si no se puede curar por completo.

¿Se puede corregir el patrón cerebral anómalo?

La intrusión de ondas alfa durante el sueño profundo es una alteración neurológica compleja. No hay una cura directa, pero hay enfoques que modulan la actividad cerebral y favorecen un sueño más reparador, incluso con ese patrón presente.

1. Terapia cognitivo conductual para el insomnio

Es el tratamiento no farmacológico con mayor evidencia científica. Sirve para volver a entrenar los patrones de pensamiento y comportamiento relacionados con el sueño y ayuda a reducir la ansiedad nocturna y mejora la profundidad del sueño. En algunos estudios, se ha visto que disminuye la intrusión alfa de forma indirecta al normalizar el descanso.

2. Biofeedback (entrenamiento cerebral)

Es una técnica especializada donde, mediante sensores y ejercicios visuales/auditivos, se entrena al cerebro para autorregular sus ondas. Algunas clínicas lo usan para reducir la intrusión alfa en personas con fibromialgia o fatiga crónica. No está disponible en todas partes y puede ser costoso, pero es prometedor. Encontrarás más información en este artículo:

3. Mindfulness y meditación

Muchas personas logran mejorar notablemente su descanso mediante el uso de técnicas de meditación y, con ello, mejoran también sus síntomas. Los efectos de la meditación son diversos:

Reduce la activación del sistema nervioso. Muchas personas con fibromialgia tienen una hiperactivación del sistema nervioso simpático (el que nos mantiene en alerta). La meditación ayuda a activar el sistema parasimpático (el de la calma), lo que disminuye la tensión muscular, reduce la frecuencia cardíaca y facilita la entrada al sueño profundo

Modula las ondas cerebrales. Aunque de forma más sutil que un medicamento, estudios con EEG han mostrado que la meditación puede aumentar las ondas theta y delta (las que predominan en el sueño profundo) y reducir la actividad de las ondas alfa en exceso, lo cual es interesante porque justamente en la fibromialgia hay intrusión anómala de ondas alfa durante el sueño.

Reduce ansiedad, rumiación y pensamientos que interfieren con el sueño. Muchas personas con fibromialgia dicen que no pueden “apagar la mente” al acostarse. La meditación ayuda a calmar ese flujo mental y a entrar en un estado de receptividad al sueño.

Tipos de meditación útiles para dormir mejor

Meditación guiada para el sueño. Puedes encontrar audios en YouTube o Spotify o aplicaciones que incluyen visualizaciones suaves, música lenta o voz tranquila que va induciendo al sueño.

Meditación de respiración consciente. El hecho de centrarte al cien por cien en tu respiración (inhalar – exhalar), dejando de lado todo lo demás, durante unos minutos ya puede calmar el sistema nervioso. 

Escaneo corporal. Centras la atención en diferentes partes del cuerpo (pies, piernas, abdomen...) notando las sensaciones sin juzgar. Es muy útil para soltar tensiones físicas acumuladas durante el día.

Mindfulness diario. No solo antes de dormir. Si practicas mindfulness durante el día (al comer, caminar, respirar), entrenas a tu cerebro a salir del modo "alerta", lo que mejorará el sueño nocturno. Encontrarás más información en estos artículos:

4. Estilo de vida y ritmo diario

Aunque parezca básico, lo siguiente puede tener también un impacto real en las ondas cerebrales del sueño:

  • Evita luz azul por la noche (móvil, PC): afecta a la producción de melatonina y altera el ritmo natural.
  • Haz ejercicio suave y constante, como caminar o yoga, pero siempre varias horas antes de dormir (hacerlo de noche puede activar más el sistema nervioso).
  • Evita la sobrecarga sensorial antes de dormir: ruido, discusiones, pantallas, etc.

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