Autora: Ana Muñoz


La tricotilomanía se clasifica dentro de los trastornos del control de los impulsos, como la piromanía, la cleptomanía, y el juego patológico. Consiste en arrancarse el pelo de forma recurrente, principalmente de la cabeza, aunque también puede ser de las cejas o pestañas o cualquier otra parte del cuerpo.

Síntomas

  • Arrancarse el pelo de forma frecuente de modo que llega a producirse una pérdida importante de pelo.
  • Normalmente va precedido de tensión con urgencia de llevar a cabo el acto de arrancarse el pelo.
  • Placer, satisfacción, o alivio de la tensión tras arrancarse el pelo.
  • Para considerar que se trata de tricotilomanía, este trastorno no ha de ser consecuencia de otro trastorno psicológico o de una enfermedad médica (por ejemplo, una enfermedad del cuero cabelludo).
  • Este problema produce un estrés significativo y un deterioro en el funcionamiento social, laboral u otras áreas importantes de la vida.

¿Cómo y cuándo aparece?

A menudo, el arrancarse el pelo de forma compulsiva aparece alrededor de los 12 o 13 años de edad; aunque no es infrecuente que comience a edades más tempranas o posteriores. Con frecuencia, existe un acontecimiento estresante asociado al inicio, por ejemplo: cambio de colegio, abuso, problemas familiares, muerte de un padre, etc. Los síntomas también pueden ser desencadenados por los cambios hormonales acontecidos durante la pubertad.

¿Puede la tricotilomanía producir otros problemas?

Durante la adolescencia, que es una etapa especialmente importante para el desarrollo de la autoestima, la imagen corporal, la sexualidad, y las relaciones con los compañeros de ambos sexos, los adolescentes pueden ser ridiculizados por la familia, amigos, o compañeros de clase debido a su problema, además de sentir vergüenza debido a la sensación de incapacidad para controlar el hábito. Por lo tanto, incluso una pequeña calva puede causar problemas devastadores en el desarrollo que pueden durar muchos años.

Aunque muchas personas con tricotilomanía continúan con sus vidas y se relacionan de un modo normal, otros evitan las relaciones íntimas por miedo a que la otra persona descubra este problema del que se avergüenzan.

¿Cuál es la causa?

El hecho de arrancarse el pelo u otras conductas nerviosas similares como morderse las uñas, serían gestos destinados a producir un alivio del estrés, descargando de ese modo la tensión interna. Con el tiempo puede convertirse en un hábito que se realiza de manera inconsciente.

En otros casos, puede deberse a alguna enfermedad que produce picor en el cuero cabelludo y deseos de arrancarse el pelo como un modo de aliviar el picor. Aunque en estos casos, no se trataría de una tricotilomanía sino que se diagnosticaría la enfermedad médica existente. No obstante, a veces puede darse una combinación de causas médicas y psicológicas, por lo que es aconsejable que si sientes algún tipo de picor o malestar en tu cuero cabelludo acudas a un dermatólogo.

Relación con otras enfermedades

Muchas personas con tricotilomanía tienen también síntomas de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), como la compulsión a contar objetos, hacer comprobaciones numerosas veces, lavarse las manos una y otra vez, etc. Debido a las semejanzas entre la tricotilomanía y el TOC, algunos autores consideran que se trata de un subtipo o una variante de TOC. Esta idea se encuentra apoyada por el hecho de que los medicamentos utilizados para tratar el TOC resultan útiles en ocasiones para la tricotilomanía.

La depresión también se da con frecuencia en individuos con este trastorno. Puede haber una relación neuro-bioquímica directa y/o ser consecuencia de la desmoralización crónica y la baja autoestima de arrancarse el pelo.

Otros comportamientos asociados son morderse las uñas, chuparse el pulgar, o el rascado compulsivo. En ocasiones, las personas con tricotilomanía también dan pequeños pellizcos con las uñas a su piel, que puede causar cicatrices o pequeñas heridas.

¿Qué tratamientos están disponibles?

Psicoterapia. Suele utilizarse una terapia cognitivo-conductual, mediante la cual se enseña a estas personas un método estructurado para llevar un registro de los síntomas y los comportamientos asociados, de modo que sean conscientes del comportamiento de arrancarse el pelo y puedan, de este modo, controlarlo más fácilmente. De hecho, las investigaciones realizadas muestran que el simple hecho de guardar en un sobre cada pelo arrancado, ayuda a controlar y a ir disminuyendo la frecuencia de ese comportamiento. También aprenden a utilizar comportamientos sustitutivos incompatibles y otras técnicas encaminadas a romper el hábito. Así mismo, pueden tratarse otros problemas que estén agravando o manteniendo la tricotilomanía.

Medicamentos. Aunque determinados medicamentos ayudan a algunas personas temporalmente, los síntomas suelen volver cuando se detiene la medicación a menos que la terapia cognitivo-conductual se incorpore en el tratamiento.