Autora: Ana Muñoz


Por lo general, tendemos a pensar en el estrés como algo desagradable y dañino que nos hace sentir mal.

No obstante, existen diversos tipos de estrés. Uno de ellos recibe el nombre de euestrés. Se trata de un estrés positivo que nos hace sentirnos vivos y ver la vida como algo excitante.

Por ejemplo, cuando juegas a tu deporte favorito, cuando ves una película de miedo que te gusta, cuando te quedas hasta tarde trabajando en un proyecto que deseas realizar, estás experimentando este tipo de estrés.

El euestrés sucede cuando tenemos retos a los que nos enfrentamos con entusiasmo, cuando luchamos por alcanzar una meta, cuando tenemos una razón para levantarnos por la mañana. Sin todo eso, la vida empieza a parecer vacía y sin sentido.

Para sentirnos vivos necesitamos ese euestrés; sin él, podemos sentirnos tristes, deprimidos e incluso pensar que la vida no tiene ningún sentido. Es un tipo de estrés que nos mantiene felices y sanos.

CONVERTIR EL ESTRÉS EN EUESTRÉS

Lo que determina que un acontecimiento suponga estrés positivo o negativo no sólo depende del acontecimiento en sí mismo, sino también de la percepción que una persona tenga de él. Y esa percepción es algo que puedes cambiar:

1. Ver las cosas como retos y no como amenaza

Si tu jefe te encomienda una tarea nueva, puedes verlo como un reto o puedes verlo como una amenaza. Si lo ves como una amenaza, pensarás que es muy difícil, que no tienes la capacidad para hacerlo, que no sabrás, que quedarás mal ante tu jefe... Es decir, estarás experimentando un estrés negativo que hará que te sientas mal.

En cambio, si lo ves como un reto, pensarás que vas a salir de la rutina habitual, que puede ser una oportunidad para quedar bien ante tu jefe, que tendrás que informarte porque no tienes claro cómo hacerlo, pero que enseguida encontrarás el modo porque confías en tu capacidad para solucionar problemas...

Por tanto, estarás experimentando un estrés positivo o euestrés, mucho más saludable que el estrés negativo. Y sólo de ti depende ver las cosas de un modo u otro. Es decir, cuando te encuentres con una situación que te resulta estresante puedes tratar de convertirla en una situación de euestrés. Para ello, puedes pensar cosas como: "Esto es un interesante reto que puedo superar y sentir luego el orgullo de haberlo superado. Además, me servirá para aprender algo nuevo, para superarme y mejorar mis habilidades. Sé que puedo hacerlo si me lo tomo con calma y planifico con cuidado los pasos a seguir." Este modo de pensar te ayudará a sentir una mayor motivación y hasta entusiasmo por ponerte en marcha para superar ese reto y crecer como persona al hacerlo, además de la sensación de orgullo que te aportará el hecho de afrontar y superar algo que, en un principio, te asustó.

2. Dividir la tarea en submetas

A veces, una situación puede resultar abrumadora porque implica demasiadas cosas que hacer o que tener en cuenta. Ves que tiene ante ti una tarea monumental y no sabes por dónde empezar. En estos casos, lo mejor es empezar por organizarte e ir por partes: divide la meta en submetas más pequeñas y proponte alcanzar solo la primera.

3. Dotar de significado

Cuando las cosas que hacemos tienen un significado para nosotros, nos resultan menos estresantes, nos implicamos más en ellas y estamos más motivados a lograrlas. Si no tienes más remedio que hacer algo que, en un principio, parece no tener significado alguno, trata de buscar dicho significado. Pregúntate qué puede aportarte, qué habilidad puedes mejorar al hacerlo o qué beneficios puede aportarte que den sentido a la realización de dicha tarea. Sonia, por ejemplo, trabajaba como limpiadora en un hotel. Se quejaba de que su trabajo era aburrido y que no le aportaba nada; además, ya no tenía tiempo para ir al gimnasio y echaba de menos hacer ejercicio. Cuando leyó en una revista que su trabajo era también ejercicio físico y que le permitía quemar bastantes calorías, empezó a verlo de un modo muy diferente e incluso a veces decía sonriendo: "Me voy al gimnasio" cuando se disponía a salir para ir al trabajo.

4. Autoeficacia

El euestrés está relacionado con la autoeficacia, que es la percepción que tiene una persona de lo capaz que es de lograr un objetivo determinado. Si te consideras incapaz de superar una determinada demanda, tendrás más probabilidades de sentir estrés. Por desgracia, una persona puede considerarse incapaz cuando en realidad no lo es. Por tanto, en vez de dejarte llevar por el miedo inicial, detente un momento a analizar la situación de un modo realista. Puede que te des cuenta de que tienes más recursos de los que creías inicialmente y que, si te pones en marcha, veas que vas avanzando poco a poco y afrontando los problemas que van surgiendo uno a uno.

5. Recurrir al mindfulness

Si haces algo con mindfulness tendrás más probabilidades de sentir euestrés. Hacer algo con mindfulness significa que centras toda tu atención (al 100 %) en lo que estás haciendo, en el instante presente, como si el tiempo no existiera (solo el ahora) y no hubiera nada más en el mundo (ni siquiera tú, pues hasta te olvidas de ti mismo). Por ejemplo, si estás escribiendo, estás centrado solamente en esa frase o párrafo que hay en ese momento en tu mente y te olvidas de que tienes que escribir todo un informe, de la fecha en la que tienes que entregarlo, de la hora que es y de todo lo demás.