Autora: Ana Muñoz


Hay situaciones en las que las personas tienen falta de confianza en sí mismas. Para aumentarla, el primer paso es tener claro cuáles son las situaciones en las que esa falta de confianza aparece y definirlas con claridad. Por tanto:

1. Haz una lista describiendo todas esas situaciones en las que te falte confianza

2. Describe lo que sientes en cada una de ellas: ansiedad, vergüenza, etc. Generalmente cuando la gente habla de auto-confianza suelen referirse a la ausencia de ansiedad o a la conciencia de sí mismos. Ser demasiado consciente de uno mismo implica observarse y vigilarse en todo momento, lo cual puede aumentar la ansiedad, del mismo modo que cuando una persona se siente observada mientras hace algo puede ponerse nerviosa.

3. Observa las situaciones de tu lista y descubre qué tienen en común ¿Un lugar? ¿El número de personas implicadas? ¿Un tipo de tarea? ¿El tipo de personas implicadas (extraños, figuras de autoridad, etc.)? Pregúntate cuáles son las peores situaciones y las más fáciles de la lista. ¿Qué crees que se espera de ti en ellas?

4. Ahora pregúntate en qué condiciones sucede. ¿Te pasa en todas las circunstancias o hay excepciones? Por ejemplo, una persona puede sentirse ansiosa al entrar en un autobús excepto si va acompañada (condición). A veces puede haber más de una condición o lo que podríamos llamar subcondiciones.

Ahora ya puedes expresar todas las situaciones en las que te falta autoconfianza del siguiente modo: Me siento (emoción) en (situación) cuando (condición).

Por ejemplo: Me siento ansioso en reuniones sociales cuando no conozco a nadie. Me siento tensa en reuniones de trabajo cuando tengo que hablar (condición) y no estoy segura de dominar el tema (subcondición).

Aumentar la confianza

Ahora que sabes en qué circunstancias necesitas aumentar tu confianza, veamos cómo hacerlo.

1. Como decíamos antes, al hablar de confianza la gente suele referirse a la ausencia de ansiedad. La ansiedad se produce cuando no estás seguro/a de lo que va a pasar y empiezas a preguntarte: ¿Y si...? Por ejemplo: ¿Y si me equivoco o meto la pata? ¿Y si no encuentro el camino? ¿Y si no sé hacerlo? ¿Y si se ríen de mí? ¿Y si pierdo mi empleo?

Muchas veces, uno de estos "Y si..." puede llevar a otro y a otro, de modo que te encuentras con muchas preguntas para las cuales sólo proporcionas una única respuesta: "Seria terrible e insoportable" Por tanto, el primer paso es descubrir todos esos "Y si..."

2. Ahora responde a tus "Y si..." tratando de dar una respuesta más realista (en vez el típico "seria horrible" o "no podría soportarlo"). ¿Qué pasaría realmente si perdiera el autobús, si metiera la pata, si cometiera un error, si no encontrara el camino, si me desmayara...? Trata de dar respuestas realistas y no catastrofistas.

3. Busca soluciones. "Si pierdo el autobús podría buscar un taxi, o llamar a un amigo o familiar, o ir andando". "Si me quedo sin saber qué decir en una fiesta siempre puedo escuchar o preguntar a la gente qué opina de algo". A la gente le gusta expresar sus opiniones y les gusta que los demás muestren interés en saber de ellos, de modo que lo que estás considerando algo terrible no lo es en realidad.

4. Traslada tu atención a otra parte. En el momento en que una persona está ansiosa, se encuentra muy centrada en sí misma, de modo que su atención se encuentra dividida: una parte centrada en lo que tiene que hacer, y otra parte centrada en vigilarse a si misma, ver cómo lo hace y criticar el más mínimo fallo. Esta atención dividida es lo que puede bloquearte. Si ves que eres demasiado consciente de ti mismo/a trata de centrarte en algún objeto o cualquier cosa a tu alrededor para llevar tu atención al exterior. Si estás dando una charla a un grupo céntrate en los rostros amigables y atentos. Si estás haciendo una tarea céntrate sólo en hacerla, no en como la estás haciendo (eso ya lo evaluarás al acabar).

5. Aplica también el punto 4 a las demás personas: si estás vigilando cada gesto de tu interlocutor para asegurarte de que le agradas, no se burla de ti, etc., si además estás escuchando lo que te dice; estás pensando en tu opinión para seguir la conversación, y te estás vigilando para hacerlo "perfecto", resulta que estás haciendo 4 tareas al mismo tiempo, lo cual sería bastante complicado para cualquiera. Céntrate en lo que de verdad importa: la conversación (o tarea, etc.) en sí, sin vigilarte en exceso ni a ti ni a los demás.

6. Cuestiona siempre tus primeras interpretaciones de los sucesos. Pregúntate ¿Y qué mas? Por ejemplo, si una amiga no te saluda por la calle puedes pensar: "Está enfadada conmigo". Pero luego pregúntate: ¿Y qué más puede suceder? Puede que no te haya visto, puede que vaya pensando en otra cosa, puede que esté preocupada por alguien, que tenga problemas y no esté para nadie, etc.

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