Autora: Ana Muñoz


El síndrome de fatiga crónica (SFC) consiste en un cansancio intenso y persistente, con problemas de memoria y concentración que impide a la persona funcionar normalmente en sus actividades diarias. Suele estar acompañado de diversos y variados síntomas, como dolor de cabeza, insomnio, dolor de garganta, dolor muscular y articular, etc.

La causa subyace probablemente en una variedad de factores que dan lugar a una debilitación del sistema inmunitario. Por ejemplo, las infecciones crónicas pueden jugar cierto papel en algunas personas (virus de Epstein-Bar, citomegalovirus, virus del herpes. Otras infecciones, como una candidiasis sistémica o la presencia de parásitos pueden estar implicadas.

Es habitual que estas personas padezcan también de desequilibrios hormonales. El más común es una insuficiencia de las glándulas adrenales, que producen las hormonas del estrés. Una baja función de la glándula tiroides, deficiencias de testosterona, estrógenos, progesterona y hormona del crecimiento también son comunes.

Los problemas digestivos, absorción inadecuada de nutrientes, toxinas ambientales, también son factores contribuyentes, así como una dieta inadecuada.

Entre las principales causas se encuentra el estrés crónico y problemas no resueltos de ansiedad y depresión. El síndrome de fatiga crónica puede ser una forma de depresión enmascarada, expresada principalmente mediante síntomas físicos.

1. Alimentación

Haz una dieta rica en vegetales marinos y cereales integrales, que aportarán a tu organismo los minerales que pueden faltarle.

El yogurt con organismos vivos (activos), como bifidus o acidofilus, ayuda a combatir la infección, sobre todo por candida albicans.

Toma frutos secos, semillas y pescados grasos (salmón, caballa), ricos en ácidos grasos esenciales, que fortalecen el sistema inmunitario.

Bebe un vaso de agua cada dos horas para favorecer la eliminación de toxinas.

Evita el café, el alcohol, la comida basura, el azúcar refinada y la comida precocinada. La cafeína deprime las glándulas adrenales; el consumo excesivo de azúcar provoca hipoglucemia y las comidas basura o precocinadas incluyen gran cantidad de aditivos que intoxican el organismo.

El SFC va a menudo acompañado de alergias alimenticias, sobre todo al trigo o al gluten.

2. Detoxificación

Haz un ayuno a base de sumos de fruta y verdura durante dos o tres días para eliminar las toxinas del organismo. Hazlo una vez al mes.

3. Tratamiento principal

Complejo de vitamina B

Toma 50 mg dos veces al día. Estas vitaminas están relacionadas con la producción de energía.

Magnesio

Toma 250 mg dos o tres veces al día. El magnesio es esencial para la producción de energía en el interior de las células. Reduce la dosis si aparece diarrea.

Cordyceps sinensis

Es un hongo muy conocido en la medicina tradicional china. Favorece la función adrenal. Toma 800 mg dos veces al día.

Coenzima Q10

Toma 100 mg dos o tres veces al día. Las células lo utilizan para producir energía.

NADH

Se deriva de la vitamina B3 y desempeña una papel importante en la producción de energía

4. Plantas medicinales

Eleuterococo

Toma de 600 a 900 mg. Estimula la producción de energía.

Ginkgo biloba

Mejora la circulación, aumenta le presión sanguínea y mejora la memoria. Toma de 60 a 120 mg dos veces al día.

Hipérico (Hypericum perforatum)

Se utiliza cuando la depresión acompaña a la fatiga. Toma 300 mg tres veces al día de un producto que contenga un 0,3% de extracto de hipericina.

Regaliz (Glycyrrhiza glabra)

Ayuda a aumentar los niveles de cortisol y la presión sanguínea. Toma 1000 mg dos o tres veces al día.

5. Aromaterapia

Escoge algunos de los siguientes aceites esenciales y utilízalos en inhalaciones, baños y masajes (añadiendo unas gotas a un aceite de masaje).

Lavanda, menta o romero: para estimular el sistema nervioso y muscular.

Geranio, bergamote, neroli: para la fatiga relacionada con la depresión.

Árbol de té: para combatir bacterias, virus y hongos. Estimula el sistema inmunitario.

6. Homeopatía

Arsenicum album

Personas exhaustas, con ansiedad y depresión. Suelen tener frío, y se sienten peor con comidas y ambientes fríos. Problemas para dormir entre las 12 de la noche y las 2 de la mañana.

Calcarea carbonica

Fatiga y ansiedad, glándulas inflamadas, dolor articular, dolor de cabeza, estreñimiento, malestar intestinal, alergias alimenticias. Tiende a tener frío, pero suda con facilidad.

Gelsemium

Fatiga con somnolencia, debilidad y dolor muscular.

Kali phosohoricum

Fatiga y cansancio mental.

Phosohoricum acidum

Fatiga extrema, con intenso deseo de bebidas carbonatadas. La fatiga puede aparecer tras un episodio de dolor emocional.

Silicea

Brotes de fatiga y baja energía. la personas enferma con facilidad y suele tener frío. Estreñimiento frecuente.

7. Acupresión

Trabajar los siguientes puntos puede servirte de ayuda:

Estómago, 36: ayuda a tu aparato digestivo a absorber nutrientes.

Vesícula biliar, 21: estimula la circulación, alivia la ansiedad, irritabilidad y dolor de cabeza.

Pericardio 6: indigestión, insomnio y problemas de sueño.

Vejiga, 23 y 27: fatiga, debilidad, confusión. No presiones estos puntos si tienes dolor de espalda severo.

Pulmón, 3: cansancio, dolor de cabeza, confusión, aturdimiento.

8. Masaje

Casi cualquier tipo de masaje puede serte beneficioso para estimular tu sistema debilitado, pero sobre todo, el drenaje linfático puede ayudarte a estimular tu sistema inmunitario.

9. Reflexología

Dado que es un trastorno que afecta a todo el organismo, conviene trabajar toda la planta del piel. Si prefieres centrarte en síntomas específicos:

Para la fatiga: trabaja las zonas correspondientes a las glándulas adrenales, el diafragma, la espina y todas las glándulas.

Para la depresión: glándulas endocrinas, plexo solar, páncreas y cabeza.