Autora: Ana Muñoz


Candida albicans es un hongo que vive, de forma natural, en el cuerpo humano. Por lo general no causa ningún daño porque el sistema inmunitario y las bacterias probióticas saludables del organismo lo mantienen bajo control. Cuando este control falla, el hongo puede crecer libremente, dando lugar así a una candidiasis.

Ciertos medicamentos, las dietas altas en azúcar, las alergias, los desequilibrios hormonales o el estrés, pueden alterar el mecanismo de control de candida albicans y favorecer su proliferación en el cuerpo.

La candidiasis afecta principalmente a la vagina, produciendo picor y quemazón, junto con una descarga blanca, espesa y pegajosa. También pueden verse afectados el interior de la boca, alrededor del ano, o la piel, donde aparecen parches de color blanco.

En ocasiones, el hongo se extiende por todo el cuerpo, produciendo una candidiasis sistémica que puede producir una gran variedad de síntomas. Si te sientes enfermo y el médico no encuentra ninguna explicación, este puede ser el motivo.

Síntomas de candidiasis sistémica

La lista de síntomas es muy larga como para poder enumerarla, pero los más comunes son los siguientes:

Fatiga persistente, estreñimiento, diarrea, colitis, dolor abdominal, picor rectal, infecciones de vejiga y riñón, dolor muscular, artritis, aftas, congestión, tos, dolor de cabeza, adormecimiento o hormigueo de los miembros, problemas de concentración y memoria, depresión, ansiedad, erupciones crónicas, alergias, hongos genitales o en las uñas.

1. Alimentación

Basa tu alimentación en verduras frescas, cereales integrales, y proteínas de calidad (obtenidas de las alubias, lentejas, pescado, y pollo de corral o campo).

Para reponer las bacterias saludables, toma todos los días yogurt u otro alimento probiótico que contenga al menos 4000 millones de microorganismos vivos (activos) como acidófilus o bífidus.

Añade levadura de cerveza a tus ensaladas y otros platos. Estimula tu sistema inmunitario.

Bebe 8 vasos de agua al día para ayudar al cuerpo a eliminar las toxinas.

En las fases iniciales del tratamiento, evita por completo el alcohol y el azúcar, así como todos los alimentos que los contengan, pues alimentan al hongo.

Evita alimentos que se elaboren con mohos, como ciertos quesos.

Evita el uso de fruta y zumo de fruta en la fase inicial del tratamiento (el primer mes).

Consume ajo, cebolla, y algas chlorella y spirulina, que te ayudarán a desintoxicar el organismo.

2. Plantas y suplementos

Aceite de orégano

Toma una cápsula de 300 a 500 mg tres veces al día con las comidas. Tiene un efecto anticandida.

Ajo

Toma de 500 a 1000 mg de ajo desecado dos veces al día. Ayuda a combatir la infección por hongos y estimula el sistema inmunitario.

Extracto de semillas de pomelo

Toma 200 mg dos o tres veces al día. Tiene propiedades anticandida.

Raíz de genciana

Toma 250 mg o de 0,5 a 1 ml de la tintura al comienzo de cada comida. Mejora la función digestiva en general.

Echinacea y hidrastis

Toma 500 mg o de 2 a 4 ml de la tintura tres veces al día. Estimulan el sistema inmunitario. La echinacea tiene también propiedades antifúngicas.

3. Aromaterapia

Para reducir el estrés y relajarte, utiliza alguno de los siguientes aceites esenciales en un baño, en inhalaciones de vapor o en un difusor: manzanilla, jazmín, lavanda, rosa.

Como antifúngicos puedes usar los aceites de mirra, árbol del té o menta. El aceite de árbol de té puede ser algo irritante, de modo que si lo usas en el baño o en compresas usa solo unas pocas gotas.