Autora: Ana Muñoz


En la enciclopedia, flirteo o coqueteo significa tratar de agradar y atraer a alguien por pura vanidad, valiéndose de métodos estudiados. Se trata, además, de una palabra con una gran cantidad de sinónimos: tontear, provocar, enamorar, presumir, enredar, jugar, galantear, quillotrar, atraer, cortejar.

¿Se trata sólo vanidad?

Probablemente la enciclopedia se queda muy lejos de la esencia principal de este complejo término. El coqueteo es algo que va más allá de la pura vanidad y entra de lleno en el entramado y fascinante mundo de las relaciones interpersonales, convirtiéndose en un aspecto muy importante de ellas. Una rápida sucesión de señales se intercambia, un juego sutil relaja el ambiente y le da un aire de diversión y ausencia de seriedad. El o la coqueta quiere agradar a la persona que tiene delante y gustarle, desea que le quieran y le admiren, pero en su intento de agradar también se convierte en una persona encantadora, que se comporta con amabilidad exquisita y te hace ver lo maravillosa persona que eres. Nada mejor que una persona así para disparar por los aires nuestra autoestima.

Dos tipos de flirteo

Generalmente cuando se habla de coquetear o flirtear, la mayoría de la gente piensa en ese tipo de coqueteo con connotaciones sexuales. Sin embargo, no tiene por qué ser necesariamente así. Si nos centramos en su definición: deseo de agradar o atraer, vemos que nos deja un amplio margen de comportamiento.

A veces, Alicia sonríe y saluda a todo el mundo mientras camina por la playa

Alicia es una comunicadora nata. Entabla conversaciones con extraños, le encanta conocer gente nueva y, sin lugar a dudas, es toda una coqueta. Para ella el coqueteo consiste en expresar libremente todo lo que piensa o siente de aquello que le agrada en determinadas personas, de forma que es capaz de decirle a alguien por la calle que le gusta su pelo o que lleva una corbata muy bonita. La respuesta suele ser siempre una sonrisa y afirma que nunca ha recibido un rechazo de los demás porque sienten que lo que les dice es sincero.

Por supuesto, esto la convierte en una gran seductora que agrada por igual a hombres y mujeres y encuentra amistades donde quiera que vaya del modo más simple que podamos imaginar; le basta con un: "¡vaya, tienes el coche que a mí me gusta!".

Recuperar la inocencia perdida

Alicia es una de esas escasas personas que ha sabido conservar, a pesar del paso del tiempo, esa inocencia infantil que lleva a los niños a considerar a cualquiera un amigo en potencia, siempre y cuando esté dispuesto a sonreírles y ser amable con ellos. Los niños más pequeños flirtean con todo el mundo. La mayoría son seductores por naturaleza de la manera más inocente. Generalmente, para llamar la atención de los demás, porque quieren ser vistos y oídos, quieren que los otros sepan que están ahí y se merecen que los quieran. Cuando Alicia se comporta así con los demás está haciendo lo mismo. Sin embargo, para muchas personas, parece que hubiera algo malo en esto.

Muchos de estos niños seductores natos pueden volverse más tímidos cuando surge en ellos por primera vez los sentimientos de vergüenza (de los que nacieron libres) si el ambiente que les rodea es represivo y los empuja a pasar desapercibidos y a no hacer ninguna de esas cosas "vergonzosas" que suelen hacer los niños.

De este modo no es extraño que el comportamiento habitual entre dos extraños que se encuentran por la calle sea tratar de evitarse lo más posible, sobre todo esa molesta mirada a los ojos, espejo del alma, según dicen, y lugar por el que los demás pueden colarse en nuestro interior y sin permiso.

El poder de hacer que los demás se sientan bien

Las personas como Alicia, en cambio, miran al extraño a la cara y ven a la persona tras la máscara. Con una expresión relajada y una suave sonrisa no evitan el encuentro, limitándose a dejar que el momento fluya por sí mismo, simplemente porque ha sucedido, igual que un niño, y luego tal vez se quede en una breve mirada, quizás un comentario, tal vez incluso una nueva amistad hecha en el aparcamiento del supermercado, en una tienda de artículos de regalo o en plena calle.

Cuando el vendedor de una tienda los recibe de mal humor le muestran su mejor sonrisa y le dicen: "Tienes un mal día hoy, ¿eh?", y de repente, como verdaderos magos, consiguen que el vendedor se desprenda de ese mal humor que tanto le estaba estresando.

Pero no siempre las cosas son tan simples...

Y es que a veces se mete el sexo por medio a hacerlo todo más difícil. Esa es la ventaja que tienen los niños sobre los adultos a la hora de relacionarse sin complicaciones. El coqueteo puede tener, por supuesto, connotaciones sexuales y su finalidad puede ser encontrar una pareja o un ligue. El problema surge cuando el coqueteo amistoso se confunde con deseo sexual y nuestros intentos por agradar y ser amables se interpretan como algo más que eso y da pie al avance de la otra persona con intenciones que no esperamos ni deseamos.

Estrella solía tener este problema. Era otra seductora nata, como Alicia, pero no era capaz de distinguir entre estos dos tipos de coqueteo, de forma que usaba las mismas señales indiscriminadamente, tanto para la amistad, como para el ligue o el amor, lo cual podía acarrearle problemas y malentendidos e incluso ser peligroso al encontrarse con ese tipo de hombres que piensan, muy erróneamente, que lo que cuenta no es lo que una mujer les diga, sino lo que ellos interpretan que su lenguaje corporal quiere decir, lo cual puede ser bastante peligroso. "Mas tarde", comenta Estrella, "aprendí que esos malentendidos se solucionaban muchas veces con una contundente palmada en la espalda, al estilo más masculino, y un: "vale tío, nos vemos."

La clave está en aprender cuáles son las señales que se interpretan como sexuales y cuáles las que se interpretan como amistosas

Esto se logra con práctica, mediante una adecuada observación de las reacciones de los demás. También tenemos que tener claro qué es lo que queremos de esa persona y utilizar las señales apropiadas en cada situación, sin emitir mensajes contradictorios. Aún así siempre puede haber malentendidos, de manera que se vea una insinuación sexual donde no la hay. En este caso más vale dejar las cosas claras de la manera más directa y lo antes posible.

Ten en cuenta que las señales que emitimos se relacionan con los cinco sentidos, aunque cada persona tiene sus preferencias. Así, una persona puede dar más importancia a señales visuales, como la mirada, y otra a señales táctiles, de forma que ninguno de los dos captará las señales del otro debido a que utiliza vías en las que no suele fijarse.

Recuerda que lo más importante a la hora de ser una persona encantadora es saber detectar y descifrar correctamente las señales que emiten los demás y actuar de acuerdo con ellas. De este modo, el otro sentirá que leemos sus pensamientos y sabemos lo que siente y necesita.

¿Qué tienes que hacer para ser más encantador que nadie?

Según la Academia de Flirteo Británica (en serio, existe) para tener éxito en el flirteo hay que tener en cuenta lo siguiente:

  • Sentirse bien con uno mismo es el primer paso hacia el coqueteo exitoso.
  • El segundo es hacer que los demás también se sientan bien respecto a sí mismos.
  • Escucha lo que otros tienen que decir.
  • Procura descubrir cuáles son las necesidades de los demás y darles lo que necesitan (siempre y cuando no te estés dejando de lado a ti mismo).
  • Procura estar siempre dispuesto a dar el primer paso.
  • No intentes conquistar sino entablar una relación de igualdad.
  • Considera a los desconocidos como una oportunidad para conectar.
  • No dudes en pedir lo que necesites.
  • Comparte tus amigos con otras personas.
  • Diles los cumplidos apropiados a las personas apropiadas con sinceridad.
  • Iguala tu nivel de energía y tono de voz con el de la otra persona.
  • Hay un momento adecuado para interrumpir a un grupo al que quieres unirte: búscalo.
  • Respeta el espacio personal de los demás y tantea el terreno.
  • Espera el éxito.
  • Haz las preguntas adecuadas para entender bien a tu interlocutor.
  • Presta atención al lenguaje corporal de la otra persona y ajústate a él o ella.
  • No te preocupes si no le gustas a algunas personas.
  • No te muevas por envidia, celos o ambición sino porque quieres crear un buen ambiente a tu alrededor.

A pesar de estas claves, lo principal es la confianza en uno mismo y una autoestima adecuada

La persona que no se aprecia a sí misma pero que al mismo tiempo trata de agradar y atraer a los demás precisamente para compensar esa carencia de autoestima, tiene muchas probabilidades de conseguir el efecto opuesto al deseado, ya que se acercará a los demás con ansiedad y miedo al rechazo. Tal vez hable sin parar, emitiendo un diálogo monótono, aburrido y repetitivo con la intención de que esa persona a quien tanto desea agradar no se le escape mostrándole el desinterés que tanto teme e incluso puede decir o hacer cosas que no siente sólo para agradar a los demás. No busques caer bien para que los demás te quieran, sino por el simple placer de compartir emociones positivas. De lo contrario podrías tener un problema de codependencia.

Las personas con una autoestima adecuada, por el contrario, no buscan el motivo para quererse y aceptarse en los demás, sino en sí mismas. Simplemente se quieren por ser quienes son y no por gustar a los demás. De este modo, se acercan a los otros con confianza y relajados, pudiendo entablar una comunicación libre de ansiedades. Sus motivos para intentar agradar no provienen del miedo al rechazo o la dependencia sino de un genuino deseo de hacer del mundo un lugar más agradable para todos. Nunca dejan de lado sus valores para satisfacer los deseos de otra persona.

¿Cómo aprender a quererse?

1. ¿Te suena la frase “conócete a ti mismo”? Es un gran consejo, ya que ¿cómo vas a quererte si no sabes quién eres? Para ello haz lo siguiente:

  • Anota tus cualidades.
  • Pregúntate cuáles son las cosas que te hacen disfrutar de verdad.
  • Busca tu vocación: aquella ocupación que te satisface y te llena.

2. Después de haber hecho esto ya sabes en qué cosas eres bueno y te satisfacen. No dejes de hacerlas, ya sea como afición o como profesión, si es posible. Estarás más en contacto con tu verdadero yo, que es la clave de la felicidad.

3. No te odies por tus defectos. No dejes que pesen más que tus cualidades. Acepta tus imperfecciones y trata de mejorar partiendo siempre de una autoaceptación.

4. Sonríe, por favor.

5. Sé tan encantador contigo mismo como puedes serlo con los demás: hazte cumplidos, felicítate, hazte un regalo, haz cosas en las que tengas éxito y no insultes al espejo.

La personalidad de la persona coqueta

Este tipo de personas pueden identificarse con el tipo de personalidad que los psicólogos Oldham y Morris definen como teatral. Como todos, tienen sus virtudes y sus defectos, pero pueden enseñarnos mejor que nadie cómo desplegar ese encanto seductor si nos quedamos con el lado positivo de su forma de ver la vida. Sus características son las siguientes:

1. Se guían por sus emociones, que suelen ser muy intensas. Son apasionados y cambian con facilidad de estado de ánimo. Reaccionan siempre con intensidad y son propensos a estallidos emocionales. Cuando se enfadan pueden sentir una gran ira pero se les pasa rápidamente y no guardan rencor.

2. Son imaginativos, cuentan historias entretenidas y ven la vida como una obra teatral llena de encanto y misterio.

3. Necesitan la atención de los demás, sus elogios y su admiración.

4. Son muy sociables, les encanta estar rodeados de gente y hacen amigos continuamente. Les gusta complacer a las personas y hacer que se sientan cómodas. Tienen una gran capacidad para interpretar el lenguaje corporal y los sentimientos de los demás, así como para adivinar sus deseos, que luego tratan de satisfacer. Son sensuales y seductores.

5. Son intuitivos, se mueven por impulsos, siguiendo sus corazonadas. Lo quieren todo en el momento y no son buenos planificadores.

6. No toleran el aburrimiento ni la monotonía o las tareas rutinarias y desagradables. Quieren mantener siempre un estado de ánimo optimista y para ello reprimen todo lo desagradable. No quieren saber nada de los problemas y siempre piensan que todo saldrá bien.

7. En el amor necesitan compañeros emocionalmente estables, ya que si se unen a otra persona que se rija por las emociones es muy probable que todo acabe estallando. Su pareja tendrá que estar dispuesta a encargarse de las tareas aburridas, como el pago de facturas, impuestos, etc. Tienden a idealizar mucho a la persona amada y a ver sólo el lado positivo, por lo que pueden resultar engañados con facilidad.