Autora: Ana Muñoz


Consulta: Hola, hace algunos meses me he dado cuenta que me cuesta ser yo misma, siento que tengo una personalidad muy extraña, siempre vivo imaginando lo que pasa por la mente de las personas, esto me desgasta en energía y provoca que presente problemas de concentración. No sé qué hacer. Me cuesta tener control sobre mis pensamientos. He llegado a pensar que tengo algún problema mental, y que debería consultar a un psiquiatra. Todo lo que cuento es parte de mi vida cotidiana. Es insoportable esta situación. Cabe destacar que he experimentado la depresión, por un tiempo pensé que la había superado, pero en cualquier momento difícil vuelve. ¿Será que estoy teniendo una recaída?

Respuesta: si te he entendido bien, dices que tienes una tendencia casi constante a imaginar lo que pasa por la mente de los demás y que eso es lo que te causa problemas de concentración y te hace sentir mal. Lo primero que tienes que tener en cuenta para empezar a solucionar este problema es que ninguna persona controla por completo su propia mente. Podemos decir que la mente funciona por sí misma y hace lo que quiere. Es decir, en tu mente aparecen ideas, pensamientos, imágenes mentales, conclusiones, etc., sin que tú pueda decidir qué cosa aparecerá o cuándo. No puedes decidir tener una gran idea, por ejemplo, ni encontrar la solución a un difícil problema matemático. Lo que sí puedes hacer es tratar de controlar aquello que tu mente genera por sí misma. Es decir, no podemos evitar tener ciertos pensamientos (pues pueden surgir en nuestra mente sin más) pero sí podemos decidir lo que hacer con esos pensamientos después de que surjan. Por tanto, tal vez no puedas evitar imaginar lo que pasa por la mente de las personas pero sí puedes optar por ignorar esos pensamientos cuando surjan; puedes, por ejemplo, imaginar que los escribes en un papel y luego dejas que ese papel se lo lleve el viento, puedes centrar luego tu mente en otra cosa totalmente distinta o elegir pensar en otra cosa.

Por tanto, cada vez que en tu mente surja algo que no deseas, empieza, primero  por reconocerlo, diciendo algo como: “Estoy pensando en lo que pasa por la mente de esta persona y eso es algo que no deseo hacer”. Luego imagina que escribes ese pensamiento en un papel y ves como se va volando hasta desaparecer; o bien imaginas que ese pensamiento se convierte en una nube que se va evaporando o algo similar. Después, centras tu mente en algo distinto (el libro que estás leyendo, otro pensamiento más agradable, la planificación de algo, música, etc.)

Esto lo repites todas las veces quesea necesario, sin sentirte mal por ello. Tan solo lo reconoces (“vale, sí, estoy pensando esto, no pasa nada”) y luego lo haces desaparecer como te he explicado, sin alterarte ni sentirte mal por lo que hace tu mente. Al principio puede que tengas que armarte de paciencia y hacer esto todas las veces que haga falta pero, con el tiempo, esos pensamientos irán apareciendo cada vez menos hasta que dejen de molestarte.