Autora: Ana Muñoz


El trastorno de pánico consiste en la ocurrencia de al menos un ataque de pánico seguido por la presencia de algunos de los siguientes síntomas durante al menos un mes: miedo persistente a tener otro ataque de pánico, preocupaciones sobre las implicaciones o consecuencias del ataque o un cambio importante en su comportamiento debido al ataque.

Los niños más pequeños hablan de un miedo a ponerse enfermos, sin hacer referencia a los síntomas del ataque de pánico. Pueden decir que se sienten ansiosos porque podrían ponerse enfermos de repente o presentar un miedo a vomitar que el niño encuentra difícil de predecir o controlar. Los niños más mayores, al inicio de la adolescencia, empiezan a informar de miedo a las reacciones fisiológicas típicas de la ansiedad, como palpitaciones, mareo, falta de aliento, etc.

Los ataques de pánico son frecuentes en los adolescentes. Entre un 40 y un 60% dice haber padecido un ataque de pánico. Cuando tras el ataque desarrollan miedo a los síntomas y miedos relacionados con las implicaciones del ataque, es cuando se desarrolla el trastorno de pánico.

Puede producirse también agorafobia, que consiste en miedo a estar en lugares donde sería difícil escapar u obtener ayuda o podrían sentirse avergonzados en caso de ataque de pánico. Las situaciones que más suelen evitar son los restaurantes, cafeterías, multitudes, ascensores, habitaciones pequeñas, aparcamientos, supermercados, centros comerciales, cines o estar solos en casa. Estos niños suelen recurrir a una persona (madre, padre, etc.) para que los acompañe en dichas situaciones.

Definición de ataque de pánico

Se define como un periodo de intenso miedo o malestar en el que se desarrollan cuatro o más de los siguientes síntomas abruptamente, alcanzando su máxima intensidad en unos 10 minutos.

  • Palpitaciones o corazón acelerado
  • Sudoración
  • Temblores
  • Sensación de falta de aire
  • Dolor o malestar en el pecho
  • Náuseas o malestar abdominal
  • Sensación de mareo, inestabilidad o desmayo
  • Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (sensación de estar separado de uno mismo)
  • Miedo a perder el control o volverse loco
  • Miedo a morir
  • Escalofríos o accesos de calor