Autora: Ana Muñoz


A menudo los niños se niegan a hacer ciertas cosas que deben hacer pero que no desean hacer porque prefieren jugar o hacer otras cosas más entretenidas.

Para lograr que los niños se pongan a hacer los deberes del colegio, ordenen su habitación, se vayan a dormir, se bañen, etc., puedes recurrir a alguna de las técnicas que exponemos a continuación.

Puedes utilizar una sola de estas técnicas o una combinación de varias de ellas.

Es muy importante tener en cuenta que tu tarea consiste en educarlos, de modo que hagan lo que deben hacer. Pero educarlos no significa darles sermones interminables, criticar, refunfuñar, pegar, hacerlos sentir culpables, humillarlos, etc. Educar es simplemente enseñar a tus hijos a controlar su comportamiento, tolerar la frustración, aceptar que no se puede tener todo, ser ordenado, hacer sus deberes, etc. Por tanto, si en un momento dado no puedes educarlos, es preferible que no hagas nada. Es decir, si no sabes cómo lograr que ordene su habitación, ordénala tú o cierra la puerta y no mires dentro, hasta que aprendas tú (mediante libros, artículos, etc.,) el modo adecuado de enseñar a tu hijo a hacerlo.

Ser padres también requiere aprendizaje y esfuerzo. Si para hacer un trabajo tienes que aprender una serie de habilidades (hacer cursos, estudiar, leer libros, etc.), para educar a tus hijos también tienes que aprender, al menos si quieres hacerlo del modo correcto. Ten en cuenta, que no educar a los hijos correctamente puede dar lugar a una mala relación con ellos, broncas constantes, tensión y malestar en toda la familia. Por tanto, vale la pena esforzarse, buscar libros y aprender a hacerlo del mejor modo posible. Cuando tienes los conocimientos adecuados te das cuenta de que no es tan difícil y lo que parecía una tarea imposible se convierte en algo mucho más fácil.

Veamos a continuación varias técnicas sencillas para que tus hijos comiencen a hacer cosas que deseas que hagan. Si lo que quieres es que dejen de hacer cosas que no deben hacer, entra en nuestra página índice y busca el artículo apropiado.

1. Peticiones simples

Por supuesto, el primer paso para lograr que tu hijo/a comience a hacer algo es pedírselo. Pero la forma de pedir las cosas puede ejercer una influencia muy importante en su comportamiento.

Si para pedir que haga algo utilizas un tono irritado, malhumorado, amargado, lastimoso o patético, si con lo que dices das a entender que ya debería estar haciendo eso, que tú no deberías tener que decírselo, que estás harto/a, etc., estarás transmitiendo una gran negatividad a los niños, que les quitará las ganas de obedecerte, pues los harás enfadar o sentir mal. y lograr que un niño enfadado coopere es más complicado que lograr que coopere un niño contento.

Por tanto, para pedir que haga algo utiliza un tono más parecido al que usaría un jefe con sus empleados, que simplemente transmita el mensaje de lo que tiene que hacer: "Alicia, ve a recoger tu habitación, por favor", o "Javier, es la hora del baño".

Para aumentar la probabilidad de que obedezcan procura que tus peticiones no sean demasiado espontáneas, sino que estén estructuradas de antemano. A nadie le gusta que lo interrumpan en mitad de algo agradable, y a tus hijos tampoco les va a gustar tener que dejar un juego divertido para darse un baño. Pero si saben de antemano cuál es la hora del baño, será más fácil que obedezcan.

En los casos en los que veas que están muy entretenidos con algo puedes decirles algo como: "ve terminando, que cenamos dentro de diez minutos", en vez de pretender que lo deje de inmediato para ir corriendo a cenar, bañarse, o cualquier otra cosa que le hayas pedido.

2. Refuerzo positivo

¿Te has dado cuenta de que la mayoría de la gente presta atención a los niños cuando se portan mal, pero no hace nada o los ignora cuando se portan bien?

Si estás en casa viendo la tele tranquilamente y tus hijos empiezan a pelearse y gritar, te molestarán, lo cual hará que les digas algo de mal humor.

En cambio, si están jugando tranquilamente, llevándose bien y sin molestar, lo más probable es que te limites a disfrutar de esa tranquilidad sin decirles nada. Esto es un error porque estás perdiendo una oportunidad para reforzar las buenas relaciones entre ellos. Si al verlos llevarse bien te acercas a ellos y les dices algo como "qué bien os estáis llevando hoy, qué alegría"

Mucha gente interacciona más con sus hijos cuando está en un estado negativo (para regañar y castigar) que cuando está de buen humor. ¿Qué sentirías hacia una persona que se comportara así contigo?

Por tanto, es importante elogiar los buenos comportamientos de tus hijos cuando sucedan, porque de ese modo harás que sucedan más a menudo. Y cuanto más tiempo esté tu hijo portándose bien, menos tiempo estará portándose mal, de modo que reforzar el comportamiento positivo es también un modo de acabar con el comportamiento negativo.

Diñes cosas como: "qué bien, hoy has empezado los deberes sin que te diga nada, como un apersona mayor", "gracias por recoger la cocina", "hoy os habéis portado muy bien en esa cena con es agente aburrida, estoy muy orgulloso/a de vosotros", etc., y dales las gracias cuando te obedezcan en algo que les has pedido que hagan.

Procura adoptar estos elogios a la edad de tu hijo/a y a sus preferencias.

Para asegurarte de que las interacciones positivas con tus hijos superan a las negativas, procura hacer dos o tres comentarios positivos por cada uno negativo. Por supuesto, no tienen por qué hacerse al mismo tiempo. O bien, puedes proponerte simplemente hacer cuatro o cinco comentarios positivos cada día. Y, en definitiva, estate atento/a al comportamiento de tu hijo y refuérzalo con comentarios positivos cuando se porte bien.

3. La técnica del reloj

El uso de un temporizador de cocina puede ser muy útil para que los niños comiencen a hacer lo que les has pedido. A los niños, sobre todo los más pequeños, les encanta la idea de vencer al reloj.

Por ejemplo, preparas el temporizador para que suene en diez minutos y le dices: "El reloj sonará en diez minutos. A ver si eres capaz de recoger tu habitación antes de que suene". Si el niño es más mayor puede decir simplemente: "Tienes diez minutos para recoger tu habitación" y pones el reloj para que sepa que sonará en diez minutos. Si te dice que eso es una estupidez o se niega a obedecer, no digas ni hagas nada, deja que el temporizador siga haciendo tic-tac, pues eso por sí solo puede empujarlo a hacerlo. Si aún así no hace nada, puedes recurrir a alguna de las siguientes técnicas.

4. Si no lo haces, pagas

Este es un sistema bastante simple que consiste en que si el niño/a no hace lo que debe hacer, lo haces tú, pero el niño/a te paga por hacerlo. Para que pueda usarse este sistema, los niños deben tener una cantidad de dinero. Este dinero pueden conseguirlo de diversas formas: las asignaciones semanales que les deis, regalos de cumpleaños, o por hacer ciertos trabajos en casa. Suele ser de gran ayuda pagar alguna cantidad de dinero a los niños por hacer ciertas tareas en casa. Aunque hay tareas que les corresponde hacer y por las que no van a cobrar, sí puedes proponerles algunas tareas extras por las que pueden conseguir algo de dinero.

Supongamos que en tu cas existe un turno para fregar los platos y que uno de tus hijos se escabulle con frecuencia cuando le toca, de modo que al final tienes que hacerlo tú. Entonces le dices: "la próxima vez que te toque fregar los platos y no lo hagas, lo haré yo por ti, pero te cobraré X euros por hacerlo", sustituye la X por la cantidad que decidas cobrarle, en función del dinero de que disponga. Por ejemplo, si tiene 4 euros a la semana, puedes cobrarle 20 céntimos. No debe ser una cantidad demasiado grande, basta con que sea suficiente como para que no le guste perderlo.

Por tanto, si no hace la tarea asignada, la haces tú, te cobras el dinero y le dices: "He fregado los platos por ti, y te he cobrado 20 céntimos". No digas nada más, no des sermones, no digas ya te lo advertí, ni te enfades, deja que lo sucedido hable por sí mismo, que sea la pérdida del dinero la que le enseñe. Si se enfada, te grita, etc., recurre a la técnica de los avisos.