Autora: Ana Muñoz


A menudo, resulta difícil conseguir que los niños hagan sus tareas del colegio. Sin embargo, existen técnicas sencillas y fáciles de aplicar que harán que te resulte mucho más fácil modificar su comportamiento:

1. Haz que ponerse a hacer los deberes sea una rutina que debe hacer todos los días a la misma hora. Las rutinas son siempre más fáciles de llevar a cabo. Una buena estrategia puede ser dejar que cuando llegue del colegio por la tarde tome una merienda, descanse un poco durante media hora o tres cuartos de hora y luego empiece a hacer los deberes, teniendo libre el resto de la tarde. Es preferible que no deje los deberes para muy tarde porque estará más cansado y tendrá aún menos ganas.

2. Utiliza la técnica de la economía de fichas.

3. Consecuencias naturales. Muchas veces, el mejor modo de lograr que los niños hagan sus deberes es no hacer nada en absoluto, y dejar que vaya a clase sin sus deberes hechos y tenga que dar explicaciones a sus profesores o ser regañado por ellos. De este modo, aprenderá que su mal comportamiento tiene consecuencias y aprenderá a ser más responsable. Este método no suele funcionar cuando los niños han estado teniendo este tipo de problemas durante mucho tiempo, pero en general funciona bastante bien con la mayoría de los niños.

4. Refuerzo positivo. Cuando tu hijo haya terminado de hacer los deberes y hagas una comprobación para ver cómo lo ha hecho, empieza siempre elogiándole por lo que ha hecho bien, en vez de empezar directamente diciéndole lo que ha hecho mal. Muchos padre se centran solo en corregir lo que está mal ignorando lo que los niños hacen correctamente o su buen comportamiento. Pero del mismo modo que a ti no te gustaría escuchar continuamente a tu jefe diciéndote todo lo que haces mal, a tus hijos tampoco les agrada escucharlo y este modo de proceder solo consigue que no les apetezca enseñarte sus deberes, sobre todo si eres una persona que siempre encuentra algo que criticar. Por tanto, empieza por decir algo como: "Has hecho tres sumas bien, eso está muy bien". Después, si es necesario, puedes decirle lo que está mal: "Esta suma, en cambio, no te ha salido bien". Y cuando termines, vuelve a elogiar algo que haya hecho bien, como comenzar a hacer los deberes sin que le digas nada, terminar rápido, etc.

5. No exijas más de lo que puedes exigir. Imagina un padre o madre que espera que su hijo/a haga los deberes perfectos y que hace que los repita una y otra vez hasta hacerlos bien. Lo que esta persona está enseñando a este niño/a es a odiar los deberes, a odiar a su padre o madre, a detestar el colegio y a sentirse frustrado e incompetente. Exige un rendimiento que sea realista. Si por lo general obtiene muy buenas notas, y sus deberes suelen estar bien hechos, limpios y con letra clara, puedes exigir un rendimiento de un 90% en todos estos aspectos, pero si su rendimiento en clase suele ser algo más bajo tendrás que conformarte con un porcentaje menor y dar por buenas unas tareas que no estén del todo bien. Esto no significa que tengas que elogiarlos diciéndoles que están muy bien o perfectas, pues esto no es cierto. Elógialos por cualquier otra cosa, como haberse esforzado, y diles simplemente "Bien, ya puedes irte a jugar". De este modo, tu hijo/a tendrá una mejor disposición hacia el estudio, incluso aunque no se le dé muy bien. Recuerda que no todos los niños son capaces de sacar sobresalientes.