Autora: Ana Muñoz


Niños superdotados

Más de la mitad de los niños superdotados no logra realizar su verdadero potencial. Esto es debido a que las escuelas no siempre proporcionan la estimulación intelectual que necesitan.

El niño superdotado es aquél que tiene capacidades intelectuales superiores a los demás. Sin embargo, no resulta fácil definir dichas capacidades. La definición que suele utilizarse de manera tradicional para seleccionar a niños para programas especiales consiste en seleccionar aquellos con un CI de 130 o más, medido mediante pruebas de inteligencia.

Sin embargo, esta definición no sirve para identificar a niños creativos ni a los niños con una aptitud superior en un área específica. Los niños creativos tienden a responder de manera poco común, de modo que pueden obtener puntuaciones bajas en estos test.

Una definición más amplia de superdotado incluye una o más de las siguientes características: inteligencia general superior, superioridad en un área específica, talento en las artes (como pintura, escritura, música o actuación) y pensamiento creativo (capacidad para ver los problemas de una nueva forma).

La teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner (1983) sostiene que las personas pueden ser superdotadas en una o más de al menos siete inteligencias separadas. Algunas de estas inteligencias, como la musical, la cinestesia corporal (movimientos corporales con precisión, como en el baile), la interpersonal (capacidad para entender a los demás), o la intrapersonal (capacidad para conocerse a uno mismo) no se miden en las pruebas de inteligencia tradicionales. El resto de las inteligencias múltiples son la lingüística (lectura y escritura), la lógica matemática y la espacial (como hallar una ruta en un ambiente).

Por lo general, los niños superdotados suelen ser superiores en todo. Tienden a ser más altos, más sanos, mejor adaptados y más populares entre sus compañeros. Tienen una gran madurez, actitudes sofisticadas acerca de las relaciones sociales y madurez en su razonamiento moral, pero no siempre se comportan de acuerdo con las opiniones que expresan, pues a pesar de ser superdotados siguen siendo niños.

Los niños creativos

Las personas con un alto CI no necesariamente dan muestras de una creatividad poco usual. Esto no resulta extraño, ya que las pruebas típicas de inteligencia miden el pensamiento convergente; es decir, la capacidad para dar una sola respuesta correcta; mientras que la creatividad se vale del pensamiento divergente, que es la capacidad para dar respuestas nuevas y originales.

Los niños muy pequeños pueden ser creativos en sus relatos, dibujos o juegos, pero cuando ingresan en la escuela su creatividad se ve reducida. Esto sucede porque los maestros empiezan a decirles que no coloreen por fuera de las líneas, que no pinten las nubes de verde o la hierba de rojo y que deben hacer las cosas de la forma "correcta". Es decir, estimulan el pensamiento convergente. Los niños suelen ser más creativos cuando sus profesores tienen la mente abierta ante preguntas no convencionales de los niños, aceptan y premian las ideas originales y no califican todo lo que los niños hacen.

Estimular la creatividad en los niños

Para estimular la creatividad de sus hijos, los padres pueden hacer lo siguiente:

Proporcionales un ambiente estimulante, ajustado a los intereses y aptitudes de los niños. A los niños que no muestren un interés en un área específica, ofrecerles diversidad de experiencias y materiales.

Centrarse en las capacidades del niño, en vez de criticar sus debilidades.

Estimular un comportamiento no conformista y ayudar a sus hijos a evitar la presión de sus compañeros. Esto es más fácil si los padres son personas desinhibidas, que no se preocupan por lo que piensen los demás y que no se dejan llevar por los convencionalismos.

Da ejemplo a tus hijos con aficiones artísticas o intelectuales o que requieran dedicación.

Haz que los niños se expongan a diversidad de culturas y a otras personas creativas. No hagas énfasis en los roles de género tradicionales. Todo esto abre la mente de los niños y les permite ver nuevas posibilidades para expresar la creatividad.

Respeta a tus hijos y demuéstrales que confías en su capacidad para hacer bien las cosas. Dales libertad y responsabilidades. Dales tu apoyo cuando lo necesiten pero también libertad para actuar y pensar por sí mismos.

No ejerzas un control rígido sobre ellos. Los niños a quienes se les vigila en exceso, que reciben dirección y orientación constantes pierden confianza y espontaneidad, aspectos esenciales del espíritu creativo.