Autora: Ana Muñoz


En la niñez intermedia, no es raro que los niños tengan seis o siete enfermedades al año, entre resfriados, gripes u otros virus. No obstante, la niñez intermedia es una época bastante saludable de la vida y el índice de mortalidad durante estos años es el más bajo de todo el ciclo vital.

Enfermedades agudas

Se trata de enfermedades de corta duración. Sólo un niño de cada diez tiene afecciones permanentes, como migrañas o miopía. Las afecciones más típicas son las enfermedades del tracto respiratorio superior, las infecciones de garganta, la presencia de estreptococos en la garganta, las infecciones de oído, eczemas y orinarse en la cama. Son afecciones que suelen disminuir con la edad, mientras que el acné, los dolores de cabeza y las perturbaciones emocionales aumentan a medida que los niños se acercan a la pubertad.

Enfermedades crónicas

Son enfermedades que duran tres meses o más y requieren atención o cuidado médico especial. En los últimos años ha habido un aumento de este tipo de enfermedades. Entre las más comunes se encuentran las siguientes:

Trastornos de la visión y audición

Durante la niñez intermedia, la mayoría de los niños tiene una visión muy buena en comparación con épocas anteriores, debido a que su aparato visual está más desarrollado. Los menores de seis años suelen ser hipermétropes debido a que sus ojos no han madurado y tienen una forma diferente a la del adulto. Casi el 13 % de los niños menores de 18 años son ciegos o tienen algún problema de visión. Y alrededor de un 15 % padecen sordera o pérdida de audición.

Asma

El asma es una enfermedad respiratoria crónica. Parece tener un origen alérgico y se caracteriza por ataques repentinos de tos, jadeos y dificultad para respirar. Afecta a alrededor del 4% de los niños menores de 17 años.

Tartamudeo

Consiste en la repetición o prolongación frecuente e involuntaria de sonidos y sílabas. Es un desorden que interfiere en el desenvolvimiento social. Los niños tartamudos suelen sentirse ansiosos y frustrados en las conversaciones, y pueden llegar a tener baja autoestima por este motivo.

Es un trastorno que se da en familias, lo cual sugiere un componente genético, y es tres veces más común en los niños varones que en las niñas. En el 98 % de los casos, comienza antes de los diez años de edad y suele aparecer de manera gradual. Cerca del 10 % de los niños prepúberes tartamudea. Casi el 80 % de estos niños deja de tartamudear antes de los 16 años, la mayoría de manera espontánea y el resto (un 20 %) con ayuda de un tratamiento.

Entre las causas del tartamudeo se incluyen las siguientes: falta de entrenamiento en la articulación de sonidos y en la respiración; problemas en el funcionamiento cerebral; problemas emocionales, como la presión de los padres para hablar de manera apropiada y conflictos muy arraigados.

El tratamiento incluye psicoterapia y terapia del lenguaje. Los niños aprenden a hablar con más lentitud y de forma deliberada, a respirar lenta y profundamente utilizando los músculos abdominales antes que los del pecho y a comenzar a hablar con suavidad y no de la forma abrupta que suele caracterizar a los tartamudos.

Tics

Los tics son movimientos musculares involuntarios y repetidos que aparecen de repente. Algunos tics comunes son: parpadear, girar el cuello, levantar los hombros, menear la cabeza, hacer mueca, fruncir los labios, resoplar, emitir sonidos guturales o nasales o palabras obscenas. Algunos son temporales y duran menos de un año, aunque otros permanecen más tiempo. Se agravan con el estrés.

Pueden estar causados por problemas de origen emocional o por problemas neurológicos. Los tics de origen emocional suelen surgir en situaciones de estrés por relaciones pasadas o actuales de los niños y actúan produciendo un alivio de la confusión emocional. El tratamiento deberá ayudar a liberar los conflictos emocionales subyacentes.

Salud dental

Alrededor de los seis años comienzan a caerse los primeros dientes. Durante los siguientes cinco años se caen un promedio de cuatro al año. Las primeras muelas aparecen hacia los seis años, y las segundas hacia los 13. Los terceros morales o muelas del juicio surgen a los 20 años.

Los niños más pequeños no suelen tener miedo a la visita al dentista y suelen cooperar en la consulta. En cambio, en la niñez intermedia, suelen tener más miedo. Esto puede ser debido al comportamiento de los padres. Si los niños ven que sus padres están nerviosos por ir al dentista, ellos también se vuelven ansiosos. En cambio, si los padres van al dentista sin mostrar ansiedad e incluso llevan a sus hijos a sus propias citas, es probable que los niños no lleguen a sentir miedo.