Autora: Ana Muñoz


La fiebre se considera un síntoma de una infección aguda o alguna enfermedad subyacente. Es el modo que tiene el organismo de estimular el sistema inmunitario o acelerar la detoxificación.

Se considera fiebre una temperatura superior a 37,5 grados centígrados. No obstante, en bebés, la temperatura normal puede oscilar entre 36 y 37,7 debido a su inmadurez. La cantidad de ropa que lleva y la actividad que realiza puede influir en su temperatura.

Cuando una persona tiene fiebre, significa que su cuerpo está luchando contra un invasor. Los glóbulos blancos liberan ciertos productos químicos que activan el hipotálamo, una parte del cerebro que regula la temperatura del cuerpo para luchar contra los gérmenes (muchos microbios comienzan a morir a una temperatura de unos 38,8 grados centígrados).

La fiebre alta puede dar lugar a convulsiones febriles en niños. Los músculos se vuelven rígidos y pueden tener convulsiones e incluso perder la conciencia. Esta situación requiere una atención médica inmediata. Sin embargo, por terrible que pueda parecer esta situación, las convulsiones febriles no suelen producir ni epilepsia ni daños permanentes en los niños.

Las personas con una fiebre superior a 38,8 pueden requerir atención médica. Acude a tu médico ante la presencia de alguno de los siguientes síntomas:

- La persona actúa confusa, letárgica o delira.

- Tiene convulsiones.

- Tiene vómitos o diarrea.

- Se queja de rigidez en el cuello o tiene las pupilas dilatadas.

- Ha tenido fiebre durante más de 72 horas.

Si se trata de un niño, llévalo al médico también en los siguientes casos:

- Llora sin parar.

- Es difícil despertarlo.

- Parece deshidratado u orina bastante menos de lo normal.

- Tiene problemas para respirar.

Alimentación

Haz una alimentación ligera. Toma verduras al vapor, caldos, sopas e infusiones para ayudar a tu cuerpo a centrarse en la curación y no gastar energía en procesos digestivos. Si pierdes el apetito no te obligues a comer.

Bebe mucha agua y otros líquidos para mantenerte hidratado, ayudar a eliminar toxinas e impedir que el tracto respiratorio se seque.

Aumenta tu consumo de ajo, cebolla y jengibre.

El azúcar hace que disminuyan el número de glóbulos blancos y, por tanto, deprime el sistema inmunitario. Elimina el azúcar refinada de tu dieta durante la enfermedad.

Evita la leche y otros productos lácteos, pues tienden a deprimir el sistema inmunitario.

Ten cuidado con los zumos de frutas, pues suelen contener demasiada azúcar. Si los tomas, dilúyelos en agua.

Tratamiento principal

Echinacea. Estimula el sistema inmunitario y reduce la fiebre. Toma 500 mg en cápsulas o de 2 a 4 ml de la tintura cuatro veces al día.

Jengibre. Ayuda a bajar la fiebre, sobre todo en personas con dolor de garganta y frío. Toma 500 mg en cápsulas o 2 ml de la tintura o bien toma una infusión (cuatro veces al día).

Ferrum phosphoricum 30 CH. Toma dos gránulos de este medicamento homeopático cuatro veces al día durante dos días. Si notas mejoría, deja de tomarlo. Si los síntomas no mejoran en 24 horas, elige el remedio que describa mejor tus síntomas del apartado de homeopatía que aparece más adelante.

Milenrama (Achillea millefolium). Esta planta produce sudoración, que ayuda a bajar la fiebre. Toma 300 mg en cápsulas o una infusión cuatro veces al día hasta que la fiebre baje.

Saúco (Sambucus nigra). Se usa en casos de fiebre relacionada con infecciones virales, como la gripe. Los adultos pueden tomar 10 ml y los niños 5 ml, tres veces al día.

Vitamina C. Estimula el sistema inmunitario. Toma entre 500 y 1000 mg tres o cuatro veces al día. Reduce la dosis si aparece diarrea.

Homeopatía

En cuanto aparezca la fiebre toma dos gránulos cuatro veces al día durante dos días del remedio que describa mejor tus síntomas. Cuando notes mejoría, deja de tomarlos, a no ser que los síntoma vuelvan. Si no notas mejoría en 24 horas, escoge otro remedio.

Aconitum napellus. Se utiliza al comienzo de una fiebre de aparición brusca. Suele ocurrir cuando una persona ha estado expuesta al frío o al viento. La persona se siente inquieta y temerosa y los niños lloran.

Arsenicum album. Fiebre que tiene lugar o aumenta entre las 12 y las 2 a.m. La persona tiene una fiebre ardiente y tiene frío, está ansiosa e inquieta. Los síntomas mejoran con sorbos de agua templada.

Belladona. Fiebre repentina y alta. El cuerpo, sobre todo la cara, está muy caliente, pero los pies están fríos. Las pupilas pueden estar dilatadas y la cara roja. Dolor de cabeza pulsante y sensibilidad a la luz. En algunos casos, puede haber delirios y alucinaciones debido a la fiebre.

Bryonia. Fiebre alta con una sed tremenda. Están muy irritables y no quieren moverse.

Chamomilla. Fiebre en los niños durante la dentición. Una mejilla está roja y la otra pálida. El niño está muy irritable.

Ferrum phosphoricum. Es el remedio principal para la fiebre. La persona tiene fiebre, pero no parece estar enferma. La cara está roja y el cuerpo caliente.

Gelsemium. Fiebre acompañada de escalofríos y dolor muscular. La persona se siente somnolienta y fatigada, con los párpados caídos. A menudo hay dolor de cabeza, sobre todo en la nuca.

Mercurius solubilis. La persona es sensible tanto al frío como al calor. La lengua tiene una espesa capa y hay mal aliento, con excesiva producción de saliva, que moja la almohada. Con frecuencia hay dolor de garganta.

Pulsatilla. Fiebre con poca sed. Los niños quieren estar en brazos y se aferran a sus padres. Los síntomas mejoran en el aire libre.

Pyrogenium. Fiebre alta, la persona parece muy enferma, el cuerpo está dolorido, como magullado, pulso lento.

Sulphur. Fiebre aguda o de larga duración. Todo el cuerpo está caliente. Una erupción en la piel puede acompañar la fiebre. Gran sed de bebidas frías.

Acupresión

Para reducir la fiebre, presiona suavemente el punto 4 de intestino grueso en ambas manos. Este punto se encuentra en el ángulo entre el pulgar y el índice.