Autora: Ana Muñoz


La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad que afecta al cerebro y que comienza con una leve pérdida de memoria, progresando hasta la demencia y la muerte. Se ve afectada una parte del cerebro llamada hipocampo, que es la base de la memoria y el intelecto.

Al comienzo de la enfermedad, se produce una leve afectación de la memoria. Conforme la enfermedad progresa, la persona tiene cada vez más dificultades para recordar acontecimientos ocurridos el día antes o hace solo unas horas. Pueden no ser capaces de recordar determinadas palabras o de reconocer a seres queridos o lugares conocidos. La memoria funcional también se ve afectada, de modo que la persona olvida cómo hacer tareas habituales, como vestirse, lavarse los dientes o ir al baño. En fases avanzadas pueden producirse alucinaciones o episodios de violencia.

No existe cura para esta enfermedad porque no se sabe con certeza qué la produce, aunque se sabe que ciertos factores juegan un papel en su desarrollo, como los radicales libres o las toxinas ambientales. El estrés parece ser una causa importante debido al aumento de las hormonas del estrés que produce. Niveles elevados de estas hormonas durante periodos de tiempo prolongados pueden influir en la aparición de esta enfermedad.

También hay que tener en cuenta que tomar diversos medicamentos simultáneamente puede producir síntomas que se confundan con Alzheimer. Por este motivo es importante visitar a un especialista para hacer un diagnóstico apropiado. Procura que sea alguien con conocimientos en geriatría y enfermedades neurológicas. Algunas personas que creen padecer Alzheimer tienen en realidad hipotiroidismo, deficiencia de vitamina B12 o ácido fólico u otras enfermedades.

Las terapias naturales, como las que comentaremos a continuación, pueden utilizarse para prevenir esta enfermedad o hacer más lento su progreso.

Alimentación

Procura que tu alimentación consista en alimentos básicos, no procesados y, en la medida de lo posible, de cultivo ecológico, que están más libres de toxinas como pesticidas, herbicidas o aditivos.

Para combatir el daño causado por los radicales libres, toma vitaminas A, C y E. Las encontrarás en las frutas y verduras frescas. El germen de trigo es una gran fuente de vitamina E. Añádelo a tus ensaladas, cereales y zumos. Las semillas y los frutos secos son también una buena fuente de esta vitamina.

Es muy importante que tomes pescados como el salmón, la caballa, el bacalao, lenguado, y mero, pues son una fuente de ácidos grasos implicados en el funcionamiento cerebral.

Una deficiencia de vitaminas del grupo B puede contribuir a esta enfermedad o producir síntomas similares. Se encuentra sobre todo en la levadura de cerveza; también en el germen de trigo, huevo y espirulina.

Muchas personas con Alzheimer tienen deficiencias de zinc. Come semillas de calabaza regularmente.

Bebe un vaso de agua cada dos horas para mejorar la circulación y eliminar toxinas.

Toma abundante fibra, para favorecer la eliminación de toxinas a través de las heces. Para ello, toma cereales integrales, avena y verduras crudas o poco cocinadas.

El aparato digestivo de las personas mayores no absorbe los nutrientes con la misma eficacia que las personas más jóvenes. Los zumos de fruta y verdura son un buen modo de aportar gran cantidad de nutrientes que se absorben con facilidad. Toma varios vasos al día de zumos de frutas y verduras variadas frescas, preparados en casa.

El aluminio se ha relacionado con la enfermedad de Alzheimer. Durante el procesado de determinados alimentos, suelen agregarse compuestos de aluminio, principalmente en harinas preparadas, levaduras o polvos para hornear, colorantes y otros aditivos. Se encuentra también en los antiácidos, astringentes y aspirina con cubierta entérica. Por tanto, evita la comida procesada, pues tiene un alto contenido en aditivos. Evita la comida cocinada en utensilios de aluminio (sobre todo los alimentos ácidos, como salsa de tomate) y las bebidas contenidas en latas de aluminio.

Evita el alcohol y el café. Nunca bebas agua del grifo. Bebe agua embotellada de calidad.

Hierbas y suplementos

- Acetil-L-carnitina. Mejora la transmisión neuronal y la memoria. Toma 1000 mg tres veces al día.

- DHA. Es un ácido graso necesario para el correcto funcionamiento del cerebro. Toma un suplemento de aceite de pescado que contenga una dosis diaria de 1000 mg de DHA.

- Ginkgo biloba. Mejora la circulación de sangre en el cerebro y la memoria. Toma 120 mg dos o tres veces al día.

- Huperzia serrata. Aumenta los niveles de acetilcolina en el cerebro y mejora la memoria en personas con Alzheimer. Toma un producto que contenga 0,2 mg de huperizina al día.

- Vitamina B12. La deficiencia de esta vitamina produce síntomas similares a los del Alzheimer. Toma de 800 a 1600 microgramos al día.

- Vitamina E. Es un potente antioxidante que protege del daño causado por los radicales libres. Hace más lento el progreso de la enfermedad de Alzheimer. Toma 2000 UI al día de un complejo que contenga también tocotrienioles.

- Fosfatidilserina. Es un fosfolípido natural que mejora la transmisión nerviosa y la memoria. Toma 300 mg al día.

Aromaterapia

  • Aceite esencial de enebro. Ayuda a eliminar las toxinas de los depósitos grasos. Añade unas gotas a un baño o a un aceite de masaje para un masaje linfático.
  • Aceite esencial de pimienta negra. Estimula la digestión, favoreciendo la absorción de nutrientes. Dilúyelo en un aceite para masaje y frota con él el abdomen.
  • Para un efecto relajante y calmante, utiliza los aceites de lavanda o melisa.
  • Para animarte y estimularla mente, utiliza jazmín, neroli, bergamota, geranio o rosa.

Masaje

Un masaje linfático ayuda a detoxificar el organismo y mejorar la circulación (incluyendo la cerebral). Además, es una forma suave de masaje, más apropiada para personas mayores.

Acupresión

  • Punto 36 de estómago. Trabaja este punto para tonificar todo el cuerpo y mejorar la absorción de nutrientes.
  • Punto 24,5 de vaso gobernador. Es un punto de fácil acceso, situado entre las cejas. Mejora la memoria y la concentración.
  • Punto 6 de pericardio. Para aliviar la ansiedad y la tensión nerviosa.
  • Punto 1 de pulmón. Para aliviar la depresión y estimular una respiración profunda.