Autora: Ana Muñoz
La palabra migraña procede del latín "hemigranea" (hemicránea) debido a que una de las características más frecuentes (aunque no siempre se da) de este tipo de cefalea es la localización del dolor en solo una de las mitades de la cabeza. Es un tipo de dolor de cabeza intenso, generalmente localizado en un solo lado de la cabeza, que puede ir acompañado de náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz, al sonido y, en algunos casos, alteraciones visuales o neurológicas conocidas como aura.
Síntomas
Crisis de dolor de cabeza generalmente pulsátil (en latidos), aunque también puede ser opresivo, punzante o sordo. Suele tender a aumentar con los movimientos de la cabeza y se localiza casi siempre en un solo lado de la cabeza, aunque también pueden afectar a la frente, sienes o nuca. El paciente suele buscar una habitación silenciosa y oscura debido a que agrava con la luz y el ruido.
Pueden aparecer otros síntomas, como náuseas, vómitos, falta de apetito, dolor abdominal, malestar general, etc. Aunque es menos común, también puede producirse diarrea o estreñimineto. Las crisis duran entre 4 y 72 horas, aunque si no se tratan pueden extenderse a varios días. La frecuencia de las crisis variía muchos entre personas: algunas tienen solo unas pocas crisis al año, mientras que otras pueden tener varias por semana.
También es frecuente que unos días u horas antes de la cefalea se presenten unos síntomas inespecíficos que anuncian la llegada de la migraña, como son: mal humor, irritabilidad, alteraciones en el apetito, retención de líquidos, torpeza o brillantez mental, somnolencia, fatiga, alteraciones en el ritmo intestinal, etc.
Las crisis se han relacionado a menudo con ciertos factores desencadenantes, que son diferentes para cada persona y que comentaremos más abajo.
Aura: aproximadamente un 20 % de las personas con migraña experimentan una fase previa al dolor conocida como aura. Esta fase se debe a una alteración temporal en la actividad eléctrica del cerebro, no a una falta de riego sanguíneo como se pensaba antes. Es un fenómeno reversible que no causa daño cerebral. El aura suele durar entre 20 y 60 minutos y, en la mayoría de los casos, va seguida del dolor de cabeza típico de la migraña, aunque a veces puede aparecer sin que luego haya dolor (lo que se llama "migraña con aura sin dolor").
Dependiendo de la zona del cerebro afectada, los síntomas del aura pueden variar:
- Aura visual (la más frecuente): aparición de luces centelleantes, manchas negras, líneas en zigzag, visión borrosa o pérdida parcial de la visión.
- Aura sensitiva: hormigueo o entumecimiento que suele comenzar en la mano y se extiende al brazo o a la cara.
- Aura motora (menos común): debilidad muscular en un lado del cuerpo, lo que puede dificultar moverse o caminar con normalidad.
- Aura del lenguaje: dificultad para hablar, encontrar palabras o expresarse con claridad.
- Otros síntomas menos frecuentes son pitidos en los oídos, vértigos, confusión o cambios temporales en el estado de ánimo o la personalidad.
Prevalencia
Se calcula que la padece el 12 % en la población, afectando dos veces más a las mujeres que a los hombres. Esto se debe en gran parte a factores hormonales, como las fluctuaciones de estrógeno, que pueden influir en la aparición y severidad de las migrañas en mujeres, especialmente durante la menstruación, el embarazo o la menopausia. Se suelen encontrar miembros de la misma familia también afectados en el 60-80 % de los casos. Estas crisis suelen comenzar en la infancia y alcanzar su máxima intensidad en torno a los 40-50 años. A partir de esa edad, tiende a decrecer.
Patogenia: ¿qué pasa en el cerebro durante una migraña?
La migraña es mucho más que un simple dolor de cabeza. Es una alteración compleja del funcionamiento del cerebro y los nervios que lo rodean. Antes se pensaba que la migraña comenzaba porque algunos vasos sanguíneos del cerebro se estrechaban (lo que explicaría los síntomas visuales o el "aura") y luego se dilataban (lo que causaría el dolor). Pero hoy en día, los científicos creen que el problema empieza en los nervios del cerebro, no en los vasos:
- Durante una migraña, se activa una red de nervios del cerebro llamada sistema trigémino-vascular.
- Esto provoca la liberación de sustancias químicas que causan inflamación y dilatación de los vasos que rodean el cerebro, lo que provoca dolor.
- Entre esas sustancias está el CGRP, que actúa como un mensajero del dolor.
- También intervienen otras sustancias como la serotonina y la dopamina, que influyen en el ánimo, el sueño y el apetito, y también pueden estar relacionadas con los síntomas de la migraña.
- En algunas personas, antes del dolor de cabeza, se produce una especie de "onda eléctrica" en el cerebro que explica los síntomas visuales o sensoriales del aura (como ver luces, tener hormigueos o dificultad para hablar).
¿Y por qué ocurre? Todavía no se sabe exactamente por qué algunas personas tienen migraña y otras no. Se cree que hay una mezcla de factores genéticos (herencia familiar) y factores desencadenantes como el estrés, la falta de sueño, ciertos alimentos o cambios hormonales.
Tipos de migraña
1. Migraña sin aura. Es la más frecuente. Se presenta con dolor de cabeza que puede ser pulsátil, de intensidad moderada a severa, a menudo en un solo lado, acompañado de náuseas, vómitos, fotofobia y fonofobia.
2. Migraña con aura. Se caracteriza por síntomas neurológicos reversibles que preceden o acompañan al dolor de cabeza. Los más comunes son los síntomas visuales (luces, manchas, distorsión), pero también puede haber síntomas sensitivos, del habla o motores. Formas especiales de migraña con aura:
- Migraña hemipléjica familiar o esporádica: incluye debilidad en un lado del cuerpo como parte del aura. Puede durar horas o días.
- Migraña del tronco encefálico: aura con síntomas como vértigo, visión doble, inestabilidad, dificultad para hablar, zumbidos en los oídos. Afecta sobre todo a adolescentes.
- Migraña retiniana: pérdida visual reversible en un solo ojo. Muy rara.
- Aura sin cefalea (también llamada “migraña silente”): se presentan síntomas del aura sin que le siga dolor de cabeza.
3. Migraña crónica. Cuando los síntomas migrañosos ocurren 15 o más días al mes durante al menos tres meses. Puede coexistir con cefalea tensional o abuso de analgésicos.
4. Complicaciones de la migraña
- Infarto migrañoso: aura que se acompaña de daño cerebral demostrado en pruebas de imagen.
- Aura persistente sin infarto: los síntomas del aura duran más de 1 semana sin evidencia de infarto cerebral.
Relación entre migraña y epilepsia
Aunque son trastornos distintos, migraña y epilepsia pueden coexistir, compartir causas comunes y, en algunos casos, parecerse en sus manifestaciones o responder a tratamientos similares:
1. Mecanismos cerebrales compartidos. Ambas implican una hiperexcitabilidad neuronal, es decir, las neuronas reaccionan de forma exagerada a determinados estímulos. En la migraña con aura, se ha descrito un fenómeno llamado depresión cortical propagada: una ola de actividad eléctrica seguida de inhibición, que también puede estar presente en algunos tipos de crisis epilépticas.
2. Asociación clínica. Existe un mayor riesgo de epilepsia en personas con migraña con aura. Algunas personas tienen ambas enfermedades (lo que se conoce como comorbilidad migraña-epilepsia). Existe una entidad rara llamada "migraña epiléptica" o "migralepsia", en la que una crisis epiléptica ocurre inmediatamente después de una aura migrañosa.
3. Tratamientos comunes. Algunos medicamentos utilizados para prevenir la migraña (como el topiramato o el ácido valproico) también se usan como anticonvulsivos en la epilepsia.
Prevención de la migraña
Para prevenir la migraña, es importante identificar y controlar los factores desencadenantes. Llevar un diario de migrañas puede ayudarte a descubrir qué situaciones o sustancias, como las comentadas más arriba, desencadenan tus crisis. Los más comunes son:
- Cambios hormonales (como la menstruación)
- Estrés o relajación tras estrés
- Sueño irregular (dormir poco o demasiado)
- Ayuno prolongado o saltarse comidas
- Estímulos sensoriales intensos (luces, ruidos, olores)
- Cambios meteorológicos o de altitud
- Consumo de alcohol (especialmente vino tinto)
- Alimentos: chocolate, queso curado, embutidos, glutamato (E-621), edulcorantes artificiales (como el aspartamo), café en exceso, cítricos, frutos secos, etc.
Es aconsejable llevar una vida lo más tranquila posible para evitar los factores desencadenantes: no trasnochar, no tomar alcohol, llevar una dieta equilibrada, hidratarse bien, respetar un horario de sueño, evitar en lo posible tomar anovulatorios.
También es importante evitar el estrés crónico; por ejemplo, mediante el uso de técnicas como meditación, mindfulness, respiración consciente o terapia cognitivo conductual. El ejercicio físico moderado, como caminar, nadar o hacer yoga, pueden ayudar a reducir la frecuencia de migrañas.
Artículos relacionados