Autora: Ana Muñoz
Megacolon congénito
El megacolon congénito recibe también el nombre de enfermedad de Hirschsprung o aganglionosis y consiste en una dilatación acusada del colon que resulta de una obstrucción funcional del recto debido a la ausencia congénita de nervios. Se produce en uno de cada 5000 nacimientos y es 5-10 veces más frecuente en el sexo masculino. Es más común en niños con síndrome de Down o con otras anomalías congénitas. En la mayoría de los casos se ven afectados el recto y el colon sigmoide. La porción del colon carente de nervios se encuentra en contracción permanente, causando una obstrucción al flujo fecal y una dilatación del colon, que puede adquirir un volumen gigante para contener toda la materia fecal retenida.
Síntomas
Los niños con esta enfermedad padecen estreñimiento, obstrucción intestinal e íleo intestinal en los primeros días del nacimiento. En niños mayores se da estreñimiento importante, impactos fecales y distensión abdominal. En estos niños es frecuente la malnutrición, hemorragias rectales causadas por úlceras e infecciones.
Megacolon adquirido
El megacolon adquirido puede deberse a un estreñimiento crónico de etiología diversa, aunque es más común en niños con megacolon de origen psicológico o en individuos seniles, debilitados, psicóticos o con deficiencias mentales.
En las enfermedades que afectan a los nervios o músculos del colon o en trastornos metabólicos y hormonales, el colon se dilata uniformemente y pierde su tono muscular, dando como resultado una falta de motilidad.
En el megacolon psicógeno, la dilatación se debe a la retención prolongada de heces en el recto, especialmente en niños que desarrollan un hábito intestinal inapropiado. Inicialmente, esto ocurre por problemas emocionales o afectivos con los padres, seguido por el dolor al evacuar heces duras, la pérdida del reflejo de la defecación y, finalmente, la aparición de un megarrecto (dilatación del recto).
En pacientes seniles, psicóticos o con enfermedades del sistema nervioso central, la debilidad física o los trastornos mentales y neurológicos pueden hacer que la necesidad de defecar sea ignorada o no se perciba, lo que impide el reflejo de la defecación y provoca la acumulación de heces en el recto.
Tratamiento
El tratamiento de la enfermedad de Hirschsprung es quirúrgico. La intervención más común es la resección del segmento afectado del colon, donde falta la innervación. Se elimina la porción sin células ganglionares (la parte agangliónica) y se conecta el resto del colon sano al recto. Este es el tratamiento definitivo y generalmente tiene un buen pronóstico.
Antes de la cirugía, el paciente puede necesitar cuidados para controlar el estreñimiento severo, deshidratación o infecciones. Esto puede incluir el uso de enemas o supositorios para aliviar la retención fecal, líquidos intravenosos para evitar la deshidratación y antibióticos en caso de infecciones intestinales.
Después de la cirugía, los niños requieren seguimiento para detectar posibles complicaciones, como obstrucción intestinal o problemas con la función del colon.
El megacolon adquirido se trata con las medidas habituales para el estreñimiento, pero con frecuencia se requieren extracción manual de las heces y enemas. Puede ser aconsejable un tratamiento psicológico.
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