Autora: Ana Muñoz


Un mismo medicamento homeopático puede presentarse en distintas potencias. Por ejemplo, puedes encontrar Pulsatilla 5D, pulsatilla 7 CH, pulsatilla, 30 CH, pulsatilla 200 CH, pulsatilla 10M, etc.

Para elaborar un medicamento homeopático se diluye la tintura madre y se agita. La dilución hace que desaparezca cualquier efecto adverso de la sustancia, que podría ser dañina en estado puro. Por ejemplo, la belladona es una planta cuyos efectos pueden ser mortales, pero al estar diluida hasta dosis infinitesimales, su acción es diferente, de manera que aquella sustancia que, en dosis altas es capaz de producir una serie de síntomas, es también capaz de curar esos mismos síntomas cuando se administra en dosis infinitesimales, pues tiene la fuerza suficiente como para estimular la acción curativa del cuerpo en la dirección adecuada sin dañarlo.

Los medicamentos pueden estar más o menos diluidos. Cuando un medicamento está poco diluido se dice que la potencia es baja, mientras que si está muy diluido se dice que la potencia es alta. Cuanto más alta sea la potencia, más amplio es el efecto. Por este motivo, las bajas potencias se usan para tratar síntomas físicos específicos y las potencias más altas se utilizan para tratar afecciones crónicas que afectan a toda la persona, con síntomas tanto psíquicos como físicos. Es lo que se llama el remedio constitucional.

Las diferentes potencias homeopáticas

1. Diluciones decimales. Por ejemplo, Aconitum 3D. La letra D (o X en América) hace referencia a diluciones decimales. Se elaboran usando una parte de la sustancia medicamentosa por cada diez partes de líquido de dilución. Su efecto es poco duradero, de modo que pueden tomarse dosis repetidas. Por ejemplo, cada hora o cada 15 minutos. Se usan en emergencias, como primeros auxilios o en niños.

2. Diluciones centesimales. La letra C hace referencia a diluciones centesimales. Se usa 1 parte de la sustancia por cada 100 partes de líquido. Es la potencia más utilizada. Se usa también como primeros auxilios, en enfermedades agudas y en enfermedades crónicas. Por ejemplo, la Nux vomica 5 CH puede ser de gran ayuda tras una indigestión o empacho, tomada cada pocas horas, según la gravedad del problema. Para enfermedades agudas o crónicas suele usarme mucho la potencia 30 CH. Una persona con pocos conocimientos de homeopatía debería limitarse a este tipo de potencias y no utilizar potencias más altas de la 30 CH. Suele tomarse tres veces al día.

Una potencia de 200 CH se considera media-alta. Es la más alta de las potencias centesimales y se usa para enfermedades que no acaban de desaparecer tras la administración de potencias más bajas.

Por ejemplo, si para una enfermedad concreta, el medicamento de elección es Lycopodium pero la enfermedad no acaba de desaparecer tras la toma de Lycopodium 30 CH, puede pasarse a un Lycopodium 200 CH, con dosis menos frecuentes. Por ejemplo, una o dos veces a la semana. Aunque lo más recomendable es no utilizar una segunda dosis hasta que la primera haya dejado de hacer efecto.

3. Diluciones milesimales. La letra M hace referencia a diluciones milesimales. Se usa una pare de la sustancia por cada 1000 partes de líquido de dilución. Son potencias altas y deben ser utilizadas sólo por expertos, pues su acción permanece en el cuerpo durante meses (incuso hasta un año). Por este motivo, debe elegirse el remedio con cuidado. Se utilizan para enfermedades crónicas en las que existen síntomas físicos y psicológicos (algo habitual en este tipo de enfermedades, pues afectan a toda la persona). Producen una curación profunda, que abarca a la persona en todos los niveles, y no sólo en el físico o los síntomas físicos específicos, como ocurre con las bajas potencias. Es la potencia de elección en psicosomática o psicología homeopática. Dado que su acción permanece durante mucho tiempo, se utiliza una sola dosis y se espera hasta que la acción del medicamento haya terminado. Después, si es necesario, se administrará el mismo medicamento en una potencia más alta.

La administración de la potencia en enfermedades crónicas

Cuando se trata de una enfermedad crónica, con síntomas que abarcan toda la esfera del individuo, se aconsejan las altas potencias. Se suele recomendar empezar utilizando una 200 CH y luego ir subiendo a la potencia siguiente más alta, agotar la acción de dicha potencia y luego pasar a la siguiente, y así sucesivamente hasta la curación.

En otras ocasiones puede estar indicado el cambio de remedio, pero es preferible probar una potencia más alta del mismo remedio, a no ser que resulte muy clara la indicación de un nuevo remedio.

Dosis utilizadas

La presentación más frecuente de la homeopatía es en forma de unas pequeñas bolas llamadas gránulos. Suelen tomarse tres de estos gránulos en cada toma. Por ejemplo, tres gránulos tres veces al día. Los tarros en los que se presentan suelen venir con un dosificador (al girar el tapón cae un gránulo dentro del tapón con cada vuelta ). No se debe tocar el gránulo con las manos, sino verterlo directamente en la boca desde el dosificador, dejando que se disuelva bajo la lengua.

¿Interfiere la homeopatía con otros medicamentos?

No. La homeopatía funciona de un modo diferente, empujando al cuerpo hacia al autocuración, y no interfiere con los fármacos que se usan convencionalmente.