Autora: Ana Muñoz


El síndrome de abstinencia de alcohol se produce cuando deja de tomarse alcohol (o se reduce bastante su consumo) después de haberlo tomado en grandes cantidades durante un periodo de tiempo prolongado. Se dan  dos o más de los siguientes síntomas:

  • Hiperactividad del sistema nervioso autónomo (taquicardia, sudoración, etc.)
  • Temblores en las manos.
  • Náuseas o vómitos.
  • Alucinaciones o ilusiones transitorias visuales, táctiles o auditivas.
  • Agitación psicomotora.
  • Convulsiones tónico clónicas generalizadas.

Estos síntomas son lo bastante intensos como para causar un malestar significativo o deterioro en el funcionamiento a nivel social, laboral u otras áreas importantes.

El síndrome de abstinencia aparece unas pocas horas o días después de haber dejado de tomar alcohol de un modo intenso y prolongado o al reducir su consumo. Los síntomas se presentan cuando los niveles de alcohol en sangre caen, alcanzan su intensidad máxima  durante el segundo día de abstinencia y mejoran bastante al cuarto o quinto día. No obstante, pueden persistir síntomas de ansiedad, insomnio y disfunción del sistema nervioso autónomo durante un periodo de 3 a 6 meses, aunque con una intensidad más baja.

Suele empezar en forma de ligeros temblores en los dedos y las manos, a veces acompañados de una sensación de hormigueo en los músculos. Se trata de un temblor fino que se manifiesta sobre todo al intentar hacer una tarea de precisión. Cuando el temblor se agrava puede costarle trabajo vestirse o afeitarse. En los casos más graves, pueden aparecer temblores en el tórax, la lengua o las extremidades.

La hiperactividad autonómica (sudor, taquicardia) es otro síntoma bastante típico. Pueden notar que las sábanas aparecen mojadas por el sudor. La ansiedad, irritabilidad, inquietud, pérdida de apetito, náuseas y vómitos son también característicos.

El insomnio es bastante frecuente y, en ocasiones, pueden aparecer alucinaciones visuales o auditivas antes de quedarse dormido (alucinaciones hipnagógicas) o al despertar (alucinaciones hipnopómpicas).

Menos del 10 % de las personas desarrollan síntomas graves, como una hiperactividad autonómica severa, delirium tremens o temblores intensos. Las convulsiones clónico tónicas aparecen en menos del 3 % de las personas.

Por lo general, el síndrome de abstinencia no suele aparecer en personas menores de 30 años. El riesgo de padecerlo y su severidad aumentan con la edad. También es más probable su aparición en personas que toman también otras drogas o fármacos sedantes hipnóticos y en personas que ya han tenido el síndrome de abstinencia en el pasado.

La mayoría de las personas que tienen síndrome de abstinencia han estado bebiendo todos los días grandes cantidades de alcohol (generalmente más de ocho bebidas al día) durante muchos días.

La aparición de este síndrome puede empujar a una persona seguir bebiendo para evitarlo, contribuyendo así a las recaídas en las personas que intentan dejarlo.

Delirium tremens

El delirium tremens aparece en un pequeño porcentaje de alcohólicos como consecuencia del cese de consumo de alcohol y es como un síndrome de abstinencia mucho más intenso. Los síntomas aparecen entre el segundo y cuarto día de abstinencia y, si no se produce la muerte, suelen terminar con un largo periodo de sueño.

Comienza con ansiedad, insomnio, temblores, taquicardia y fuerte sudoración. Luego aparece la fase de delirio, con  desorientación, alucinaciones, fluctuación del nivel de conciencia, miedo intenso y temblores con agitación motora. La intensa sudoración puede dar lugar a deshidratación. El temblor es generalizado y tan intenso que puede hacer temblar la cama cuando está acostado. En algunas raras ocasiones pueden aparecer convulsiones.

Las alucinaciones pueden ser auditivas, visuales y táctiles y aterrorizan a la persona que las padece. Suelen ver pequeños animales, insectos u otros objetos pequeños que se mueven con rapidez. Las alucinaciones auditivas suelen ser sonidos burdos, posiblemente producidos por contracciones del oído medio, aunque también es frecuente que oigan voces o música.

Cuando tienen delirios, suelen ser de tipo paranoide y, por lo general, son un intento de estas personas de explicar sus alucinaciones.

El delirium tremens suele agravarse durante la noche, ya que el estado delirante se ve agravado por la falta de estímulos, la disminución del contacto humano y la reducción de la iluminación y el ruido.

Cuando aparece el delirium tremens es probable que haya alguna enfermedad médica asociada, como enfermedad hepática grave, hipoglucemia, neumonía, sangrado gastrointestinal, secuelas de un traumatismo en la cabeza, etc.