Autora: Ana Muñoz


Aunque este artículo se centra principalmente en la anorexia, lo que se dice aquí puede aplicarse, en general, a cualquier persona con un trastorno de la alimentación de cualquier tipo.

La anorexia no tiene que ver solo con la comida y el peso. Si el problema fuera tan solo el hecho de tener algunos kilos de más, se acabaría al lograr adelgazar y perder esos kilos. En cambio, una persona con anorexia puede haber adelgazado y tener un peso normal e incluso inferior al normal y aún así seguir sin poder hacer una alimentación normal.

Así pues, son otros los problemas que se esconden debajo y es importante descubrir y tratar esos problemas para recuperarte por completo. Por tanto, el primer paso debería consistir en acudir a un psicólogo que te ayude a descubrir cuál es el verdadero problema, superarlo y empezar a sentirte mejor a nivel general. Tal vez necesites aprender a ser más amable contigo misma/o, con tus defectos, con tus imperfecciones, a manejar emociones y sentimientos intensos, a lidiar con el abandono, el rechazo, las críticas o comportamientos similares de los demás, a dejar de odiarte y reconocer lo bueno que hay en ti, a manejar el estrés, a tomar decisiones difíciles, a dejar de vigilarte a ti misma/o en todo momento y empezar a olvidarte de ti de vez en cuando, a vivir el momento, a darte cuenta de que en tu vida hay muchas más cosas aparte de la obsesión por el peso, a enfrentarte al mundo o a lo que temes, a mejorar tu autoestima, a relacionarte de modos sanos con los demás, a superar traumas o abusos del pasado… Por supuesto, cada persona es diferente y necesitará aprender cosas diferentes.

Una vez que hayas adquirido estas habilidades y hecho algunos cambios en ti y en tu forma de ver el mundo, de actuar o de relacionarte, tu obsesión con tu cuerpo y con la comida se irá debilitando por sí sola.

No se debe empezar tratando directamente los hábitos alimenticios

Algunos psicólogos cometen el error de empezar a tratar la anorexia desde el principio; es decir, se centran en cambiar los hábitos de alimentación y lograr que la persona anoréxica haga una alimentación normal antes de haberla preparado psicológicamente para dar ese paso. Esto es un error, porque la conducta anoréxica tiene una función. Es el modo que has aprendido para lidiar con el mundo el que vives, el dolor, el malestar, los problemas personales, los sentimientos. Es el modo que has aprendido de defenderte, de sobrevivir, de manejar y controlar tu vida y lo que hay dentro de ti. Es un modo destructivo, pero si no conoces otro, es lo único que tienes y no habrá manera de hacer que cambies hasta que aprendas un modo más sano de lidiar con tu mundo, tanto interno como externo.

Por tanto, busca un psicólogo o psicóloga que entienda que no puedes tratar la anorexia todavía, sino que necesitas empezar por tratarte a ti, a la persona. Conforme la terapia vaya progresando, empezarás a darte cuenta de que la comida y el peso te preocupan cada vez menos porque van perdiendo su función y la anorexia va dejando de tener sentido. Es decir, empiezas a no necesitar más la anorexia. Ahora quizás la necesites porque sin ese patrón de conducta anoréxico sientes como si fueras a desintegrarte. Pero es solo porque no conoces otro modo de hacerlo. Al menos, no lo conoces todavía. Busca un buen profesional de la psicología que te enseñe esos nuevos modos de lidiar con la vida y la recuperación vendrá por sí sola. Quizás tengas que acudir a varios psicólogos antes de encontrar la persona adecuada para ti. No te desanimes por eso; sigue buscando hasta dar con la persona que pueda ayudarte.

Una vez vencida la anorexia, no solo habrás superado un trastorno psicológico, sino que todo este proceso de superación te habrá hecho crecer como persona, madurar, ser más fuerte, conocerte mejor y sacar lo mejor de ti.