Autora: Ana Muñoz


El hipotiroidismo es un trastorno de la glándula tiroides que puede causar depresión, de manera que puedes creer que te sientes deprimido por motivos psicológicos cuando, en realidad, se trata de una enfermedad física que necesita un tratamiento específico y diferente al tratamiento para la depresión.

Los médicos aconsejan que cualquier persona adulta que experimenta una depresión por primera vez debería acudir al médico para comprobar su tiroides y asegurarse de que el problema no se encuentra en esta glándula.

La glándula tiroides

La glándula tiroides se encuentra en la parte delantera e inferior del cuello y tiene forma de mariposa. Se encarga de producir hormonas que regulan el metabolismo, que es el encargado de controlar la rapidez y eficacia con la que las células transforman los nutrientes en energía. Al regular el metabolismo, la tiroides afecta indirectamente a cada célula, tejido y órgano del cuerpo, incluidos músculos, huesos, piel, aparato digestivo, corazón y cerebro.

En el hipotiroidismo, la glándula tiroides no produce una cantidad suficiente de hormonas. Las causas principales son dos: a) el tratamiento que se utiliza para el hipertiroidismo y b) la tiroiditis de Hashimoto, una enfermedad autoinmune, en la que el propio sistema inmunitario ataca la glándula tiroides. Algunos medicamentos también pueden alterar el funcionamiento de la glándula tiroides.

Algunas personas tienen un riesgo mayor de desarrollar hipotiroidismo, como las mujeres mayores de 35 años, personas con síndrome de Down, mujeres que acaban de dar a luz y personas mayores.

Síntomas de hipotiroidismo

Los primeros síntomas del hipotiroidismo incluyen cansancio persistente, dolores de cabeza, intolerancia al frío, aumento de peso, estreñimiento y sequedad de la piel. Si la enfermedad no se trata, pueden ir apareciendo otros síntomas, como depresión, problemas de memoria, dificultad para concentrarse, pelo y piel seco y áspero, voz ronca, debilidad y calambres musculares. La tiroiditis de Hashimoto, así como otras enfermedades que afectan a la tiroides, pueden hacer que la glándula aumente de tamaño, produciendo lo que se llama bocio.

La depresión cursa con síntomas como tristeza, falta de motivación e iniciativa, problemas para sentir placer con actividades que solían ser placenteras, problemas de concentración y memoria, baja autoestima, problemas de sueño y cansancio.

Si sospechas que tu depresión podría deberse a un hipotiroidismo o si, simplemente deseas descartar esta posibilidad, tu médico puede determinar fácilmente si tienes problemas de tiroides mediante la realización de un análisis de sangre que mida la hormona TSH (hormona estimulante del tiroides).

Cómo distinguir la depresión del hipotiroidismo

Algunos síntomas son compartidos por ambos trastornos mientras que otros son más típicos de uno u otro y pueden ayudarte a determinar si tu depresión puede estar causada por un problema de la tiroides.

Síntomas comunes

  • Estado de ánimo deprimido
  • Cansancio
  • Ganancia de peso
  • Deseo sexual reducido
  • Problemas de concentración

Síntomas más típicos del hipotiroidismo (que no suelen darse en la depresión)

  • Sensación de frío o ser demasiado sensible al frío
  • Estreñimiento
  • Calambres o rigidez musculares
  • Pelo y piel secos
  • Pérdida de pelo
  • Voz ronca
  • Latido cariaco lento

Síntomas más típicos de la depresión (que no suelen darse en el hipotiroidismo)

  • Insomnio
  • Inquietud y problemas para estar quieto
  • Baja autoestima, sensación de falta de valor personal, autodesprecio, autocríticas.
  • Sentimientos de culpabilidad
  • Pensamientos de muerte y suicidio