Autora: Ana Muñoz


Alimentación

En los pequeños estómagos de los recién nacidos no cabe suficiente leche como para mantenerlos satisfechos durante mucho tiempo. Por este motivo, necesitarán alimentarse entre 6 y 10 veces al día, lo que significa que tendrás que darle el pecho o el biberón cada dos o tres horas.

Sin embargo, las diferencias entre los bebés pueden ser muy amplias y unos pedirán comida con más frecuencia que otros. Lo importante es que te adaptes a sus necesidades y le des de comer cuando tenga hambre durante el tiempo que tu bebé desee.

Enseguida aprenderás cuáles son las señales que emite tu bebé para indicar que tiene hambre. Por ejemplo, el llanto, ponerse el puño en la boca o empezar a succionar. Si lo tienes en brazos se volverá hacia tu pecho, buscándolo. Igualmente, cuando ya no quiera más, volverá la cabeza o sacará el pezón o el biberón de su boca.

El baño del bebé

El momento en el que bañes al bebé no tiene mucha importancia. Algunas personas prefieren bañarlos por las noches, mientras que otras prefieren un momento en que el bebé esté más activo. Lo mejor es que lo hagas en un momento del día en que no tengas ninguna prisa y puedas disfrutar del baño de tu bebé.

Durante la primera semana o los primeros 15 días, mientras aún conserve el cordón umbilical, báñalo solo usando una esponja. Una vez curado el cordón umbilical puedes darle baños completos. El baño completo solo es necesario dos o tres veces a la semana durante el primer año. Los baños más frecuentes o diarios pueden secar su piel y las cremas hidratantes irritarla. Si tu bebé se resiste al baño, puedes seguir dándole solo baños de esponja durante las primeras seis semanas.

Comprueba la temperatura del agua introduciendo en ella el codo o la muñeca, para asegurarte de que es adecuada.

La mayor parte de las veces, es suficiente con usar solo agua durante el baño, pues los geles de baño, aunque estén hechos para bebés, pueden resecar su piel o irritarla. Cuando sea necesario, puedes usar algún gel de baño suave, preferentemente alguno natural. No utilices cremas hidratantes ni colonias, aunque sean para bebés, pues pueden irritar su piel.

Tampoco es necesario que le laves el pelo con champú cada día; una vez a la semana o cada dos semanas es suficiente. Ten en cuenta que los champús, aunque sean para niños, contienen productos químicos que dañan el cabello y el folículo piloso en el que se desarrolla 8incluso en adultos). Por tanto, úsalos lo menos posible. Si puedes, utiliza solo champús totalmente naturales.

Los cólicos de los bebés

El cólico no es ninguna enfermedad, sino el nombre que se utiliza para referirse a los estallidos de llanto intenso, prolongado e inconsolable que tienen algunos bebés, especialmente durante la tarde o al anochecer, sin que haya manera alguna de hacer que pare. No se conoce la causa.

Si tu bebé tiene cólicos es probable que sientas frustración, irritabilidad o incluso culpabilidad por no poder hacer nada para consolarle. Sin embargo, este estrés que sientes no facilita las cosas, pues es difícil calmar a un bebé si la persona que lo intenta está aún más estresada que el bebé. Por tanto, acepta que esto es normal en algunos niños y trata de mantener la calma. Respira hondo y relájate todo lo que puedas. Si lo necesitas, pide a alguien que cuide del bebé un rato y sal de la casa para dar un paseo y relajarte.

Productos naturales como las Flores de Bach pueden servir de gran ayuda en estos casos. Son totalmente seguras y pueden usarse con recién nacidos sin problema alguno. Suelen funcionar muy bien en niños.

Más información: Qué hacer cuando llora tu bebé