Autora: Ana Muñoz


Una mujer embarazada puede comer prácticamente cualquier tipo de alimento, pero hay algunos que conviene evitar o limitar, como los siguientes:

Alimentos poco cocinados o crudos

El pescado, marisco, carne, pollo y huevos deben estar siempre bien hechos, pues de lo contrario aumentará la posibilidad de intoxicación alimentaria. Eso puede pasarle a cualquier persona, pero durante el embarazo puede ser más peligroso pues, aunque las posibilidades son bajas, una intoxicación alimentaria podría enfermar también al feto. No comas pescados o mariscos crudos, como ostras, ni tampoco pescado ahumado. En cuanto a los huevos, cocínalos hasta que la yema sea sólida y evita alimentos que estén hechos con huevos que estén poco cocinados. Los huevos crudos pueden estar contaminados con la bacteria salmonella.

Pescado con alto contenido de mercurio

Aunque el pescado es en general un alimento sano y una fuente importante de proteínas, hierro y ácidos grasos omega-3, algunos tipos de pescado pueden estar contaminados con mercurio. Por tanto, evita el pez espada, caballa gigante, tiburón y blanquillo. Puedes tomar hasta dos porciones a la semana de pescados como salmón, abadejo, bacalao y atún claro en lata. Limita el atún blanco a una sola porción a la semana.

Carnes procesadas

Cuanto más se procese una carne más posibilidades hay de que sea contaminada en el proceso, por lo que tienes que tener cuidado con ellas, especialmente los embutidos. Además, los alimentos procesados no son muy sanos y a menudo contienen cantidades altas de sal, por lo que es aconsejable evitarlos o limitar su consumo durante el embarazo.

Productos lácteos no pasteurizados

La leche y productos elaborados con leche no pasteurizada deberían evitarse porque pueden ser fuente de intoxicación alimenticia. Evita también quesos como el brie, queso azul, feta o camembert, a no ser que en la etiqueta se especifique que se han elaborado con leche pasteurizada.