Autora: Ana Muñoz


Es posible que tengas varios hijos pero que sólo uno necesite un programa de economía de fichas (ver índice). Cuando esto sucede, el niño que realiza el programa está recibiendo elogios y premios. Esto puede resultar injusto para el otro niño o provocar problemas entre hermanos y celos, sobre todo cuando los dos son más o menos de la misma edad y están en juego premios que ambos desean. En estos casos, lo que se hace es que cada vez que el niño que lleva a cabo el programa gana un premio, el otro recibe un premio idéntico, aunque sin tener que hacer nada para conseguirlo.

En otras ocasiones, se crea un programa de puntos diferente para el niño que en principio no lo necesita, pero que puede empezar a pedir uno en cuanto vea a su hermano conseguir premios o privilegios. Por ejemplo, si has creado un programa para un niño de 5 años con problemas de comportamiento, y tienes una hija de 3 años que te pide uno, puedes crear un programa para ella y darle puntos por conductas como dormir toda la noche sin orinarse, o cualquier otro comportamiento que desees modificar o mejorar, aunque no suponga un problema.

También puedes hacer que todos compartan los premios ganados por uno de los niños, o bien establecer premios compartidos, además de los premios individuales. Por ejemplo, aunque cada niño tenga su carta de puntos y sus premios individuales, cada vez que uno completa su carta, todos reciben un premio adicional.

Esto no solo sirve para evitar conflictos entre hermanos y celos, sino que también sirve para que los niños se ayuden entre ellos. Si la hermana puede ganar premios por el buen comportamiento de su hermano, es muy posible que le ayude e incite a comportarse correctamente (por ejemplo, puede empujarle a permanecer sentado ante la mesa a la hora de comer si sabe que eso hará que su hermano gane un punto). Además, estos niños elogian a sus hermanos cuando se portan del modo establecido y se sienten emocionados cuando sus hermanos logran puntos, pues saben que el premio será para ambos. Esto refuerza el comportamiento adecuado del niño que sigue el programa.

A veces, sobre todo si hay muchos niños implicados, como en una clase escolar, puede establecerse que el premio que un niño puede ganar sea algo para toda la clase. Por ejemplo, si se porta bien durante media hora, gana un punto. Si se porta bien durante la siguiente media hora gana otro punto, etc. Y si gana 5 de los 6 puntos que puede ganar durante toda la jornada, toda la clase recibe un premio, como un rato más de recreo o que el profesor les lea uno de sus cuentos favoritos. Al hacer esto, toda la clase se implica y empuja al niño a portarse bien, porque no quieren quedarse sin su premio.

Economía de fichas 3. Pataletas y berrinches en sitios públicos