Autora: Ana Muñoz


Conocer los diversos efectos que puede tener el divorcio en los niños puede ayudarte a manejar la situación de un modo que sea más fácil para ellos.

Los principales efectos son:

Miedo al cambio. Los niños se enfrentan a una situación incierta, no saben si deberán ir a vivir a otro sitio, si perderán el contacto con ciertos miembros de su familia, amigos, o con alguno de sus padres o qué otras cosas pueden cambiar en sus vidas. Si hablas con ellos y les explicas los cambios que tendrán lugar les resultará menos estresante.

Miedo a ser abandonado. Los niños temen que si pierden un padre pueden perder también el otro. Pensar que pueden estar solos en el mundo es algo que asusta mucho a los niños.

Miedo a perder a otras personas. Pueden tener miedo de perder también a otras personas a quienes quieren, como abuelos, amigos, hermanos, o incluso animales domésticos. Los niños pueden estar también muy apegados al lugar en el que viven y la idea (real o imaginada) de tener que marcharse les crea ansiedad.

La tensión entre los padres. El nivel de tensión entre los padres aumenta bastante durante el divorcio y cuando éste es reciente; los niños pueden percibir esa tensión. Si además, los padres tratan de hacer que los hijos se vuelvan en contra del otro progenitor, estarán creando un gran estrés en ellos.

Signos que indican que los niños no están afrontando bien el divorcio

1. Agresividad y desafío. Los niños pueden estar más enfadados y reacios a cooperar de lo que suele ser habitual en ellos.

2. Intentar unir de nuevo a sus padres. Algunos niños piensan que de algún modo tienen la culpa de la ruptura. Estos niños pueden mostrarse rebeldes y portarse mal o bien tratar de portarse muy bien porque creen que así sus padres no se divorciarán.

3. Depresión y retirada. Pueden reaccionar con depresión, con deseos de estar solos, trastornos alimenticios, discusiones e irritabilidad o amenazas de suicidio.

Para reducir estos efectos:

1. Hablad con vuestros hijos y explicadles que os seguirán teniendo a los dos, que los dos los seguís queriendo igual y explicadles lo que va a pasar, los cambios que deberán afrontar, etc. Decidles que todo va a ir bien.

2. Trataros con respeto. Los niños afrontan mucho mejor el divorcio cuando sus padres se tratan con respeto y tienen una actitud amable y cooperadora entre ellos. Incluso aunque estéis enfadados o resentidos, no transmitáis eso a los niños. Comportaros de manera civilizada entre vosotros.

3. Seguid la rutina habitual. Los niños se sienten más seguros cuando existe una rutina en sus vidas. Por tanto, continua con la rutina habitual, manteniendo los mismos horarios, tareas, etc.