Autora: Ana Muñoz


Existen varias técnicas que puedes utilizar para manejar el comportamiento de los niños más pequeños. Suele funcionar mejor cuando se usan alternativamente diversas técnicas en vez de confiar siempre en la misma. Elige una técnica y comprueba cómo funciona en tu hijo. Si una técnica no funciona o deja de funcionar prueba otra diferente:

Redirección. Utiliza el propio comportamiento de tu hijo, pero dirigiéndolo para hacerlo más adecuado. Por ejemplo, si está arrojando piedras o arena a otro niño, dale una pelota para que la arroje y juegue con ese niño o contigo. Así, seguirá arrojando objetos, que es lo que quiere hacer, pero de un modo apropiado.

Distracción. En vez de centrar su atención en una actividad similar, como en la redirección, aquí la centras en una actividad diferente. Escoge actividades que sean diferentes u opuestas a la que quieres evitar, ofreciéndole algo entretenido que hacer, que le haga olvidarse de su anterior comportamiento.

Consecuencias naturales. Cuando sea posible y razonable, deja que tu hijo experimente las consecuencias de sus actos. No trates de ahorrarle a tu hijo toda molestia o frustración, porque forman parte de la vida y deberá a prender a tolerarlas adecuadamente. Por ejemplo, "te dije varias veces que cogieras tu juguete en el parque, ahora lo has perdido".

Ignorar. Este método puede ser muy efectivo. Es el método de elección con los berrinches, que suelen tener como objetivo principal llamar tu atención para que hagas lo que ellos quieren. En este caso, es preferible ignorarlo hasta que se le pase y luego elogiarlo porque se le ha pasado. Puedes usar esta técnica también con otros comportamientos a los que es preferible no prestar atención, porque dicha atención puede bastar para que se repita.

Tiempo fuera. Es una técnica que sirve para ayudarle a controlar su comportamiento. Utilízala cuando está siendo agresivo o está fuera de control. Dile lo que ha hecho mal y porqué está mal y llévalo a la zona de tiempo fuera (por ejemplo, una silla en el pasillo donde debe estar sentado sin moverse un par de minutos o hasta que se calme; no es necesario más tiempo).

Retirada de privilegios. Para usar esta técnica asegúrate de que el niño/a entiende la relación entre causa y efecto. Luego utiliza frases condicionales, como: "si sigues tirando piedras nos iremos del parque ahora mismo". Utiliza frase afirmativas, no negaciones; es decir, dile "si sigues tirando piedras..." en vez de "si no dejas de tirar piedras..." Esto es más fácil de entender. Sé firme; si le has dicho que os iréis y sigue tirando piedras, cumple lo que has dicho y llévatelo del parque; de lo contrario no te tomará en serio.