Autora: Ana Muñoz


Una persona cuyo peso es un 20 % superior al peso recomendado según su edad, estatura y sexo, tiene un riesgo mayor de padecer diversas enfermedades, como hipertensión, diabetes, cáncer, hemorroides, artritis, hernia de hiato, varices, cálculos renales, infertilidad, cálculos biliares, problemas renales o problemas hepáticos.

Los motivos por los que una persona es obesa son diversos. Los genes pueden jugar un papel importante, pues para algunas personas es más difícil que para otras perder peso incluso haciendo una dieta apropiada.

La cantidad de calorías que una persona consume es una de las principales razones para ganar peso. Si una persona consume más calorías de las que quema con su actividad diaria, el resultado será un aumento de peso. La falta de ejercicio y la vida sedentaria hacen que se consuman pocas calorías, contribuyendo así al aumento de peso.

El equilibrio hormonal puede jugar también un papel importante, pues algunas hormonas tienen un efecto en el metabolismo, sobre todo las hormonas tiroideas, que ejercen una influencia importante en la velocidad con la que una persona metaboliza el alimento. Sin embargo, otras hormonas, como la testosterona o la hormona del crecimiento ejercen una influencia. El desequilibrio entre estrógenos y progesterona contribuye a la retención de líquidos y la acumulación de grasa. Bajos niveles del neurotransmisor serotonina pueden dar lugar a un aumento de la sensación de hambre y un deseo de dulces y carbohidratos.

Las toxinas que contienen algunos alimentos, como aditivos, pesticidas, metales, pesados, etc. pueden interferir con el correcto funcionamiento celular y el metabolismo.

Para que el metabolismo se produzca correctamente y se quemen las grasas, se necesitan ciertas vitaminas, minerales y enzimas, de modo que si faltan ciertos nutrientes, puede haber un mayor riesgo de obesidad.

Por último, un factor muy importante es el emocional. Muchas personas con ansiedad o depresión, comen para sentirse mejor. Además, para hacer una dieta de adelgazamiento es necesario fuerza de voluntad, ser capaz de resistir tentaciones, ser persistente y tener autocontrol. Por eso, un buen plan de adelgazamiento debe tener en cuenta también los factores psicológicos, de modo que una persona sea capaz de controlar adecuadamente su comportamiento alimenticio y aprender a comer de la manera apropiada, no como un modo de consolarse del malestar emocional.

Alimentación

En vez de contar calorías, céntrate en hacer una alimentación sana y nutritiva. Prepara tu propia comida, para controlar los ingredientes que contiene, e incluye una variedad de alimentos básicos y nutrientes. Toma verduras, frutas, frutos secos y semillas para obtener suficiente fibra. Tómalos crudos o poco cocinados o usa métodos para preparar la comida que sean ligeros, como hervido, al vapor, a la plancha, etc.

Asegúrate de que consumes una cantidad adecuada de proteínas cada día. De lo contrario, sentirás hambre. Las mejores fuentes de proteínas son el pescado, el pollo, el pavo, las judías, los productos hechos con soja, frutos secos, yogurt, huevos.

Toma alimentos integrales, como arroz integral, pasta integral, pan integral, etc. El arroz, pasta o pan blancos están privados de la mayor parte de sus nutrientes y apenas tienen nada más que calorías.

Los ácidos grasos esenciales son, como su nombre indica, esenciales para la salud. Se encuentran en pescados como el salmón y la caballa, así como en las semillas de lino o el aceite de semillas de lino.

Niveles bajos de serotonina pueden aumentar tu deseo de dulces. Toma alimentos ricos en triptófano, como pollo, pavo, atún, leche de soja y yogurt natural.

Toma un zumo de verduras antes de las comidas, para aumentar tu sensación de saciedad. Bebe un vaso de agua cada dos horas.

No te saltes ninguna comida, sobre todo el desayuno, pues aumenta la tendencia del cuerpo a acumular grasas.

El azúcar refinada (dulces, etc.) produce cambios de humor y más deseo de dulces. Elimínala de tu dieta. Los azúcares naturales, como la fructosa o la miel son menos dañinos, pero también has de tener cuidado con ellos, pues tienen muchas calorías.

Evita la comida basura o la comida con muchos aditivos, pues son toxinas para tu organismo que, a veces, son altamente adictivas.

Hierbas y suplementos

Extracto de té verde

Aumenta la capacidad del cuerpo para quemar energía. Toma 1500 mg al día de extracto de té verde.

Ácido linoléico conjugado

Reduce la cantidad de grasa corporal. Toma 3,4 gramos al día.

5-Hidroxitriptófano

Reduce el deseo de carbohidratos y aumenta la saciedad. Toma de 100 a 300 mg tres veces al día. No lo tomes si estás usando fármacos antidepresivos o ansiolíticos.

L-Carnitina

Ayuda a quemar las grasas. Toma de 500 a 1000 mg tres veces al día.

Cromo

Ayuda a equilibrar los niveles de glucosa en sangre y reduce el deseo de dulces. Toma 500 mcg dos veces al día.

Ácidos grasos esenciales

Son necesarios para quemar las grasas. Toma tres gramos de aceites de pescado al día, junto con 100 gramos de ácido gamma-linoléico

Piruvato

Puede ayudar a perder peso cuando se combina con una dieta baja en grasa y ejercicio. Toma 25 gramos al día.

Homeopatía

Es aconsejable consultar a un especialista para la correcta selección y administración de los remedios homeopáticos. Entre los más utilizados se encuentran los siguientes:

Calcarea carbonica

Personas fofas y frioleras a quienes les sudan las manos, los pies y la parte posterior de la cabeza. Gran deseo de huevos, dulce y lácteos. Se sienten abrumados con facilidad.

Ignatia

Personas muy sensibles que usan la comida para sentirse mejor emocionalmente. Puede haber habido un trauma emocional o un dolor emocional intenso.

Pulsatilla

Gran deseo de dulces. Personas calurosas que se sienten mejor al aire libre o con las ventanas abiertas. Tristeza, deseo de ser consolados.

Staphysagria

Personas con una historia de abuso que los ha llevado a comer en exceso como un modo de manejar la ira suprimida, que tiende a acumularse. Deseo de dulces.