Autora: Ana Muñoz

La hipoglucemia se produce cuando el nivel de glucosa (azúcar) en la sangre baja demasiado.

Las personas suelen ingerir alimentos de manera intermitente, mientras que su organismo consume energía de manera continua. Esto hace que sea necesaria la existencia de "almacenes de combustibles", que son utilizados en los periodos de ayuno. Estos reservorios de energía están constituidos por:

  • Los triglicéridos, almacenados en el tejido graso.
  • El glucógeno, guardado en el hígado y el tejido muscular.
  • Las proteínas del músculo, en menor medida.

El efecto de la insulina

La hormona más importante en esta capacidad del organismo para el almacenamiento de energía es la insulina, que favorece la acumulación de glucógeno y la síntesis de triglicéridos, que serán utilizados en los periodos de ayuno. (Un triglicérido es un lípido, o grasa, formado por la combinación de glicerina con tres moléculas de ácidos grasos. Los triglicéridos son los lípidos más abundantes en la naturaleza).

La insulina es secretada en grandes cantidades tras la absorción de alimentos para almacenar la mayor cantidad posible de reservas en el tejido graso, hígado y músculos. Este exceso de insulina tras la ingestión de alimentos es fundamental para los animales, que deben permanecer en ayunas durante largos periodos, pero para el ser humano occidental, que no padece periodos de privación de alimentos y que los ingiere varias veces al día, es muy probable que le resulte perjudicial y que sea, en buena parte, responsable de la alta incidencia de obesidad y diabetes mellitus no insulinodependiente.

En condiciones de ayuno, la glucosa necesaria se obtiene mediante:

  • Glucogenólisis: transformación del glucógeno almacenado en glucosa.
  • Gluconeogénesis hepática; es decir, la síntesis de glucosa en el hígado.
  • Lipólisis: descomposición de los triglicéridos en sus componentes. Proporciona uno de los sustratos necesarios para la gluconeogénesis (glicerol). Los restantes sustratos (aminoácidos, ácido láctico, ácido pirúvico) los aporta el metabolismo muscular).

En condiciones de ayuno prolongado, las reservas hepáticas se agotan rápidamente (en menos de 24 horas) y el organismo recurre a la gluconeogénesis.

Con la dieta típica occidental, alta en carbohidratos, el cerebro consume glucosa casi como la única fuente de energía y, por tanto, es especialmente sensible a sus disminuciones.

La hipoglucemia consiste en una disminución anormal de la concentración intracelular de glucosa y se manifiesta por síntomas que son consecuencia del aporte insuficiente de glucosa al cerebro, que da lugar a una disminución del aporte de oxígeno al cerebro.

Sintomatología

Los síntomas de hipoglucemia consisten en cefaleas, trastornos de conducta, fatiga, torpeza mental, alucinaciones, convulsiones y finalmente coma.

Las manifestaciones vegetativas incluyen palpitaciones, ansiedad, sudoración, temblor y sensación de hambre. Si la hipoglucemia es muy profunda y prolongada puede ocasionar la muerte.

El efecto de la dieta cetogénica en la hipoglucemia

La dieta cetogénica es una dieta muy baja en carbohidratos (menos de 50 g al día). Cuando reduces el consumo de carbohidratos, el cuerpo entra en un estado denominado cetosis, en el que comienza a descomponer las grasas para producir cuerpos cetónicos como fuente alternativa de energía, en lugar de depender de la glucosa (azúcar) que normalmente proviene de los carbohidratos. Los cuerpos cetónicos pueden ser utilizados por muchos órganos, incluido el cerebro, como fuente de energía. Los beneficios potenciales de entrar en cetosis son los siguientes:

Fuente alternativa de energía para el cerebro: en la cetosis, el cerebro puede obtener energía de los cuerpos cetónicos en lugar de la glucosa, lo que puede ser útil para aquellos que experimentan fluctuaciones en los niveles de glucosa y desean estabilizarlos.

Mejora en la regulación de la glucosa: para algunas personas, una dieta baja en carbohidratos puede ayudar a estabilizar los niveles de glucosa en sangre, reduciendo las fluctuaciones bruscas que pueden causar hipoglucemia o hiperglucemia.

Reducción de la necesidad de insulina: al consumir menos carbohidratos, el cuerpo necesita menos insulina para procesar el azúcar en sangre, lo que puede ser beneficioso en el manejo de la diabetes.

En ciertos casos, esta dieta puede no ser adecuada. Por ejemplo, las personas con hipoglucemia reactiva (una caída rápida de glucosa después de comer) o con problemas hepáticos o renales, deben consultar a un médico antes de intentar este tipo de dieta.

Causas de hipoglucemia

La hipoglucemia puede estar causada por diversas razones. Algunas de las más comunes son las siguientes:

Uso excesivo de insulina o medicamentos para la diabetes: esto puede suceder cuando alguien con diabetes toma una dosis de insulina o medicamentos orales para reducir la glucosa en sangre y no ajusta adecuadamente su dieta o nivel de actividad física.

No comer lo suficiente: saltarse comidas o no consumir la cantidad adecuada de carbohidratos puede provocar una caída en los niveles de glucosa. Obviamente, esto es poco probable en una dieta cetogénica, pues el cerebro no depende del suministro continuado de carbohidratos. No obstante, si la ingesta calórica o de grasas es muy baja, sí puede haber un desequilibrio energético

Ejercicio excesivo: el ejercicio puede consumir la glucosa en sangre, especialmente si se hace sin una adecuada ingesta de alimentos para compensar la energía utilizada. Esto también en mucho menos probable con una dieta cetogénica, ya que el cuerpo está más adaptado a usar grasa y cetonas como fuente de energía.

Alcohol: el consumo de alcohol, especialmente sin alimentos, puede interferir con la capacidad del hígado para liberar glucosa al torrente sanguíneo, lo que puede provocar hipoglucemia.

Enfermedades o infecciones: algunas enfermedades, como infecciones graves o enfermedades del hígado, pueden afectar la capacidad del cuerpo para regular los niveles de glucosa.

Problemas hormonales: trastornos hormonales, como el hipotiroidismo o problemas en las glándulas suprarrenales, pueden interferir en la regulación de la glucosa.

Trastornos en el páncreas: problemas con el páncreas, como un tumor pancreático (insulinoma), pueden causar la liberación excesiva de insulina y reducir los niveles de glucosa.

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