Autora: Ana Muñoz

Los cálculos renales o piedras en el riñón son masas sólidas que se forman en el interior de los riñones. Pueden ser tan pequeñas como un grano de arena o hasta del tamaño de una pelota de golf (a veces incluso mayores). Consisten en acumulaciones de ciertas sales minerales y otras sustancias. También pueden formarse en cualquier otra zona del tracto urinario. Muchas de estas piedras son lo bastante pequeñas como para ser expulsadas al orinar, pero las piedras de mayor tamaño pueden bloquear parcial o completamente el flujo normal de orina.

Los cálculos renales pueden provocar un dolor intenso, además de otros síntomas. Son bastante frecuentes. Aproximadamente el 5 % de las mujeres y el 10 % de los hombres habrán experimentado un episodio, como mínimo, antes de llegar a los 70 años de edad.

Tipos de cálculos

Los cálculos de calcio son el tipo más común, constituyendo el 75-85 por ciento de todas las piedras. La mayoría de estas piedras están formadas por oxalato de calcio o una combinación de oxalato de calcio y fosfato. Su formación está asociada a altos niveles de calcio urinario o una combinación de calcio y ácido úrico en la orina. Son de 2 a 3 veces más comunes en los hombres y aparecen generalmente entre los 20 y 30 años de edad.

Los cálculos de ácido úrico son relativamente infrecuentes y representan del 5 al 8 por ciento de todos los cálculos. Un elevado nivel de ácido úrico en la sangre y orina puede causar este tipo de cálculos. Pueden formarse si en la orina de una persona se concentran ciertas sustancias que la vuelven más ácida. Están asociados a la gota y la quimioterapia.

Los cálculos de cistina son raros, constituyendo menos de un 1% de todas los cálculos. Se producen como consecuencia de una enfermedad hereditaria que produce un aumento en la cantidad de cistina (un aminoácido) en la orina. Debido a que la cistina no se disuelve fácilmente en agua, no puede ser reabsorbida desde la orina a la sangre. Esto aumenta las probabilidades de que se formen cálculos.

Los cálculos de estruvita representan del 10 al 15 por ciento de todas las piedras del riñón. Se encuentran principalmente en las mujeres como resultado de una infección del tracto urinario. Las bacterias implicadas en la infección alteran el equilibro ácido de la orina, incrementando el riesgo de formación de cálculos. Pueden crecer hasta ser de tamaño muy grande y obstruir el riñón, los uréteres o la vejiga.

Cómo se forman los cálculos renales

Hay varias condiciones que pueden contribuir a la formación de los cálculos:

1. Una alta concentración de determinadas sales minerales en la orina. Cuando existen en la orina altos niveles de sustancias capaces de formar cálculos, como oxalato de calcio, fosfato de calcio o estruvita, pueden formarse algunos cristales que quedan atrapados en el tracto urinario. Estos cristales pueden atraer a otros cristales y unirse a ellos formando un cálculo.

2. Un desequilibrio en la acidez de la orina. La acidez o la alcalinidad de la orina afecta a la capacidad de los cristales para disolverse. Algunos tipos de piedras se forman en una orina ácida, mientras que otros se forman solamente en la orina alcalina.

3. Una carencia de sustancias en la orina que impiden la formación de cálculos. Normalmente, en la orina existen sustancias que inhiben la formación y crecimiento de cristales, como pirofosfatos, citratos y magnesio. Una disminución o falta de estas sustancias aumenta la probabilidad de que se forme un cálculo.

Factores que influyen en la formación de cálculos

Una serie de factores pueden crear las condiciones que permiten la formación de cálculos. Entre ellos:

  • Alteraciones en el metabolismo.
  • Ciertos trastornos hereditarios
  • Ciertas anormalidades en el cuerpo

A veces, sin embargo, es imposible determinar la causa. Cada tipo de piedra se desarrolla de un modo diferente.

Cálculos de calcio

Los cálculos de calcio, especialmente de oxalato de calcio, son los más comunes y pueden formarse por múltiples causas. Entre las principales se encuentran:

  • Hipercalciuria (exceso de calcio en la orina).
  • Hiperoxaluria (exceso de oxalato).
  • Hipocitraturia (déficit de citrato, un inhibidor natural de los cristales).
  • Alteraciones en el pH urinario.
  • Deshidratación.
  • Alimentación, como el alto consumo de sal, proteínas animales o alimentos ricos en oxalato, como espinacas, almendras o chocolate. Un bajo consumo de calcio en la dieta también puede, paradógicamente, aumentar el riesgo al favorecer la absorción de oxalato, ya que puede aumentar la absorción intestinal de oxalato.
  • Ciertas enfermedades como el hiperparatiroidismo y trastornos intestinales
  • Predisposición genética.

Cálculos de ácido úrico

Los cálculos de ácido úrico se forman cuando hay una alta concentración de ácido úrico en la orina, lo cual puede deberse a una sobreproducción o una eliminación inadecuada de esta sustancia. Las principales causas incluyen la gota, dietas ricas en purinas (como carnes rojas, vísceras o mariscos), deshidratación y un pH urinario persistentemente bajo (ácido), que favorece la cristalización del ácido úrico. También pueden estar relacionados con trastornos metabólicos, ciertos tratamientos oncológicos que destruyen células rápidamente, y enfermedades digestivas crónicas como la colitis ulcerosa. Además, puede haber una predisposición genética, aunque en muchos casos no se identifica una causa clara.

¿Dónde se forman los cálculos renales?

Se pueden formar en la mayor parte del tracto urinario, incluyendo los riñones, los uréteres y la vejiga. La mayoría de las piedras se forman en los riñones y reciben el nombre de cálculos renales de las vías urinarias superiores. Otros cálculos pueden formarse en la vejiga o los uréteres y se denominan cálculos de las vías urinarias inferiores.

Síntomas

Los cálculos renales que se encuentran por encima de la pelvis renal (la cavidad en la base de cada riñón en la cual se concentra la orina) no suelen causar síntomas. Los síntomas aparecen cuando una piedra emigra al uréter, que es el tubo que lleva la orina del riñón a la vejiga, bloqueándolo e impidiendo el flujo normal de orina.

Cuando las piedras se encuentran en el uréter, una persona puede experimentar los síntomas siguientes:

Dolor. El dolor es el síntoma principal y recibe el nombre de cólico nefrítico. Aparece cuando la capa muscular del uréter produce contracciones para empujar la piedra hacia la vejiga. El dolor puede sentirse en un lado del abdomen o en el centro del abdomen (si la piedra está al principio del uréter). También puede sentirse en la ingle (si la piedra se encuentra en una porción más baja del uréter). En algunos casos, el dolor es lo bastante severo como para requerir medicación.

Náuseas y el vómitos. Estos síntomas acompañan a menudo el dolor severo causado por una piedra el el riñón.

Sangre en la orina (hematuria). La sangre puede verse a simple vista en la orina, o puede ser detectada solamente a través de una prueba de laboratorio. La presencia de sangre es el resultado del daño en el uréter o en el interior del riñón.

Aumento en la frecuencia o deseo de orinar, o una incapacidad para orinar. Estos síntomas, que afectan a la capacidad para orinar con normalidad, suelen producirse cuando una piedra pasa del extremo del uréter a la vejiga.

La obstrucción parcial o completa de un riñón por una piedra puede conducir a una acumulación de orina en la sangre, junto con su componente potencialmente tóxico: la urea. Si esto sucede, el riñón puede sufrir un daño en los túbulos (donde se fabrica la orina) y en los vasos sanguíneos asociados.

Cómo prevenir la formación de cálculos

Beber bastante agua

Beber una gran cantidad de agua cada día ayudará a diluir las sustancias que pueden formar cálculos renales. Muchos expertos aconsejan a las personas propensas a tener cálculos renales que beban unos 12 vasos de agua al día. Los cálculos no pueden formarse en una orina que está suficientemente diluida.

Cambios en la dieta

Para prevenir los cálculos de calcio, se recomienda una dieta equilibrada que incluya una ingesta adecuada de calcio a través de alimentos (no restringirlo, a menos que lo indique un médico), ya que esto ayuda a reducir la absorción intestinal de oxalato. Es importante limitar el consumo de sal y proteínas animales, ya que aumentan la excreción de calcio en la orina. También conviene moderar los alimentos ricos en oxalato (como espinacas, remolacha, frutos secos, chocolate, etc.) y favorecer el consumo de frutas y verduras, que aportan citrato, un inhibidor natural de la formación de cálculos. Mantener una dieta variada y evitar el ayuno prolongado también ayuda a reducir el riesgo.

En muchos casos de cálculos de ácido úrico, se recomienda una dieta baja en proteínas animales. Los alimentos que son ricos en purinas, (que contribuyen a formación de cálculos de ácido úrico) incluyen: carnes rojas, vísceras, mariscos, ultraprocesados, cerveza, etc.

Medicación

Incluso con la regulación cuidadosa de la ingesta de agua y de la dieta, todavía pueden formarse cálculos en el riñón. Pero existen algunos fármacos que pueden ayudar a prevenirlas. Estos fármacos pueden reducir los niveles en sangre de los productos químicos implicados en la formación de cálculos, como ácido úrico, calcio, oxalato o cistina.

También pueden inhibir una enzima indispensable para las bacterias que producen los cálculos de estruvita. Otros fármacos se utilizan para aliviar el dolor producido por los cálculos.

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