Autora: Ana Muñoz


La psicología del desarrollo o psicología evolutiva estudia el desarrollo del niño. Consiste en el estudio del modo como cambian los niños a través del tiempo y cómo siguen siendo ellos mismos, desde la concepción hasta la adolescencia.

Los objetivos de la psicología del desarrollo son la descripción, la explicación, la predicción y la modificación del comportamiento.

La descripción permite establecer normas o promedios para el comportamiento a diversas edades. La explicación hace referencia a las causas del comportamiento. La predicción trata de hacer un pronóstico sobre el desarrollo posterior, y la modificación consiste en intervenir para lograr un desarrollo óptimo de los niños.

Por ejemplo, en el estudio del lenguaje, se describiría cuándo los niños llegan a ciertos niveles de desarrollo (por ejemplo, cuándo pronuncian sus primeras palabras); se explicaría cómo adquieren el lenguaje y el mejor modo de utilizarlo y se intentaría predecir si una determinada habilidad en el el uso del lenguaje a cierta edad puede indicar cuál será el desarrollo posterior (por ejemplo, si un retraso en el habla a la edad de dos años, podría predecir problemas de lectura más adelante). Por último, se intervendría para solucionar los diversos problemas de lenguaje (modificación).

En resumen, al estudiar el curso habitual del desarrollo de los niños, se puede predecir el comportamiento futuro. Si estas predicciones indican la posibilidad de problemas en el futuro, se puede tratar de modificar el desarrollo mediante un tratamiento o entrenamiento adecuado.

¿Qué estudia la psicología del desarrollo?

En el estudio del desarrollo infantil, se establecen diversos aspectos a estudiar:

- Desarrollo físico

Hace referencia a los cambios en estatura, peso, desarrollo del cerebro, capacidad sensorial, habilidades motrices y salud. Estos cambios influyen en el intelecto y en la personalidad. Por ejemplo, casi todo lo que un niño aprende, lo hace a través de sus sentidos y su capacidad para moverse. En la infancia, el desarrollo físico y mental suelen ir unidos. En la adolescencia, los cambios físicos y hormonales, influirán en el desarrollo del autoconcepto.

- Desarrollo cognitivo

Hace referencia a las habilidades mentales, como memoria, aprendizaje, razonamiento y pensamiento. Los cambios en estas capacidades están relacionados con los aspectos emocional y motor. Por ejemplo, la ansiedad por separación (el miedo a que la madre no vuelva cuando se va) es posible debido al aumento de la memoria de un bebé. Si el bebé no pudiera recordar el pasado ni anticipar el futuro, no sentiría esa ansiedad.

- Desarrollo social y de la personalidad

Hace referencia a la manera personal del ver el mundo, el sentido de sí mismo, las emociones y la forma de relacionarse con los demás. Los cambios a este nivel, afectan los aspectos cognitivo y físico. Por ejemplo, si un estudiante se siente muy ansioso a la hora de hacer un examen, puede obtener una nota muy baja porque está subestimando su verdadera capacidad.

Las etapas del desarrollo

Al estudiar el desarrollo de los niños, se observarán los diversos aspectos del desarrollo a lo largo de diferentes periodos de la vida: prenatal, infancia y etapa de los primeros pasos, niñez temprana, niñez intermedia y adolescencia.

1. Etapa prenatal. Abarca desde la concepción hasta el nacimiento.

  • Se forman los órganos y la estructura básica del cuerpo.
  • El crecimiento físico es el más rápido de toda la vida.
  • Es muy vulnerable a las influencias del medio ambiente.

2. Infancia y etapa de los primeros pasos. Abarca el nacimiento hasta los tres años.

  • Todos los sentidos funcionan al nacer.
  • El crecimiento físico y el desarrollo de las habilidades motrices es rápido.
  • La habilidad para aprender y recordar está presente desde las primeras semanas de vida.
  • Los vínculos con los padres y otras personas se forman hacia el final del primer año.
  • El sentido de conciencia de sí mismo se desarrolla en el segundo año.
  • La comprensión y el habla se desarrollan con rapidez.
  • Aumenta el interés en otros niños.

3. Niñez temprana. De los 3 a los 6 años.

  • La familia sigue siendo el punto central de sus vidas, aunque otros niños adquieren mayor importancia.
  • Mejoran la motricidad fina, la motricidad gruesa y la resistencia.
  • Aumentan el sentido de independencia, el autocontrol y el cuidado personal.
  • El juego, la creatividad y la imaginación se vuelven más elaborados.
  • La inmadurez cognitiva lleva a los niños a tener muchas ideas ilógicas acerca del mundo.
  • El comportamiento es principalmente egocéntrico, aunque crece la comprensión del punto de vista de otras personas.

4. Niñez intermedia. De los 6 a los 12 años.

  • Los compañeros adquieren gran importancia.
  • Empiezan a pensar con lógica, aunque en términos concretos.
  • El egocentrismo disminuye.
  • Las habilidades de memoria y lenguaje aumentan.
  • Mejora la capacidad para beneficiarse de la educación escolar, lo cual produce un crecimiento cognitivo.
  • Se desarrolla el autoconcepto, se afecta la autoestima.
  • El crecimiento físico se hace más lento.
  • Mejoran las destrezas atléticas y la resistencia.

5. Adolescencia. Abarca de los 12 a los 20 años.

  • Los cambios físicos son rápidos y marcados.
  • Se alcanza la madurez sexual.
  • La búsqueda de la propia identidad es una meta central.
  • Los compañeros son muy importantes; ayudan a desarrollar y probar el autoconcepto.
  • Se desarrolla la capacidad para pensar en términos abstractos y utilizar el razonamiento científico.
  • El egocentrismo persiste en algunos comportamientos
  • En general, las relaciones con los padres son buenas.

Aspectos que influyen en el desarrollo

Durante su desarrollo, los niños se ven afectados por diversas influencias. Existen las influencias biológicas y las influencias ambientales.

Los genes que heredan de sus padres influyen en muchas de sus características. Esta predisposición básica se ve, a su vez, afectada por otras influencias.

Algunas influencias biológicas y del medio ambiente afectan por igual a todos los niños a la misma edad. Otras afectan a una misma generación (por ejemplo, una generación nacida durante una guerra).

Por otra parte, existen influencias poco usuales o inesperadas que afectan solo a ciertas personas, como el divorcio o muerte de un padre, un accidente de tráfico, etc., y que pueden ejercer un gran impacto en la vida de una persona.