Autora: Ana Muñoz


El pensamiento surge de la experiencia y a través de ella se les puede enseñar a los niños a pensar. Para lograrlo, las siguientes sugerencias pueden servir de ayuda:

1. Enseña a tus hijos habilidades para pensar dentro del contexto de la vida cotidiana. Por ejemplo, hazle preguntas abiertas. Es decir, preguntas que no puedan responderse sólo con sí o no (por ejemplo, hazle preguntas que comienzan por cómo, por qué o qué). Hazle este tipo de preguntas cuando le lees, aprovechando los temas de lectura.

2. Enséñales a usar un pensamiento crítico, haciendo que se formulen las siguientes preguntas: 1) ¿Es poco usual? 2) ¿Es de conocimiento común. 3) Si no es de conocimiento común, ¿cuál es la prueba que demuestre que es cierto? 4) ¿Existe esa prueba? ¿Es confiable? Si no lo es, los niños aprenderán a no aceptar dicha afirmación.

3. Pide que comparen los datos nuevos con los que ya conocen. De este modo aprenden a identificar relaciones entre palabras o conceptos (aprenden qué tienen de similar o de diferente dos cosas). Por ejemplo, pueden decir si un país está en Europa o en Asia. De este modo aprenden a recordar hechos, al organizarlos en categorías.

4. Enséñales cómo abordar un problema: 1) Primero han de identificar qué es lo que saben, qué es lo que no saben y qué es lo que tienen que hacer. 2) Después pueden diseñar un plan para resolver el problema. 3) Luego han de llevar a cabo el plan. 4) Y por último han de decidir si el plan ha funcionado o no. En caso de que no funcione, deberán volver al principio y diseñar otro plan diferente.

5. Enséñales a usar la imaginación guiada. Consiste en imaginar un hecho o experiencia implicando todos los sentidos. Cuantos más sentidos estén involucrados, más fácil resultará recordar algo. Por ejemplo, cuando estudien un desierto, les pueden pedir que imaginen el desierto, sientan el calor, la arena, escuchen el viento, etc.

6. Enséñales a ir más allá de lo que han aprendido. Por ejemplo, hazles preguntas como: ¿Cómo crees que se sentía la gente que vivía en esa época? ¿Cómo crees que vestían? ¿Qué crees que hacían para divertirse? ¿Cómo serías si fueras uno de ellos?

7. Anímales a ser creativos (escribir relatos o poemas, hacer dibujos, etc.). Ayúdales a hacer una primera versión y luego mejorarla.

8. Anímales a ser inventivos, como crear algún producto nuevo, información nueva o algún dispositivo para ayudar en casa.

9. Enséñales actividades útiles, como leer un mapa, utilizar un microscopio, poner la lavadora, etc.

10. Anímales a fijarse metas en un plazo de tiempo determinado y a escribir los progresos.

11. Ayúdalos a encontrar los puntos más importantes de lo que leen, ven o escuchan.

12. Anímales a escribir, ya que el hecho de poner los pensamientos por escrito ayuda a ordenarlos más. Puedes animarlos a hacer proyectos por escrito en los que pueda disfrutar. Por ejemplo, si desea que compréis algo, puedes pedirle que ponga sus argumentos por escrito.