Autora: Ana Muñoz


La acupresión es uno de los métodos para tratarse a uno mismo más antiguo del mundo. Consiste en ejercer presión o masajear puntos específicos del cuerpo situados a lo largo de los meridianos por los que circula el chi o energía vital (los mismos puntos usados en acupuntura). Cuando ese flujo de energía se bloquea o se estanca, aparecen diversos síntomas, dolor y malestar.

Mediante la acupresión pueden tratarse estos síntomas trabajando determinados puntos para permitir que el chi circule libremente.

Puedes aplicar una presión firme y sostenida, un masaje circular o frotar con firmeza el punto, dependiendo de la respuesta física deseada. Al aplicar la presión, puedes usar tus dedos, nudillos o palmas.

Aplicando presión sostenida y firme alivias el dolor y el estrés y calmas el sistema nervioso.

Si amasas el punto rítmica y circularmente, presionando y soltando, alivias la rigidez, estreñimiento y calambres musculares.

Para aumentar el flujo de chi, se frota con firmeza el punto elegido.

Dando golpecitos en el punto elegido, estimulas los músculos.

Los médicos chinos han llegado a identificar 365 puntos de acupresión o acupuntura, situados a lo largo de los meridianos.

Cómo usar la acupresión

En primer lugar, localiza el punto que deseas tratar en función de los síntomas que padezcas. Sabrás que lo has encontrado porque notarás cierto dolor al presionarlo.

Usa tu dedo pulgar (también pueden usarse otros dedos, como el índice, si te resulta más cómodo, así como los nudillos) para presionar o hacer un masaje circular. Utiliza un movimiento lento y estable.

Hazlo durante un periodo entre 10 y 30 segundos. Detente un instante y vuelve a comenzar. Hazlo 5 veces. Para un caso agudo repite el procedimiento dos o tres veces al día hasta que los síntomas desaparezcan. Si es un caso crónico haz el tratamiento una vez al día durante un periodo de tiempo más largo.