Autora: Ana Muñoz


La glándula tiroides, situada en la parte delantera del cuello, segrega las hormonas tiroideas, que se encargan de controlar el metabolismo (el modo como el cuerpo usa la energía). Las hormonas tiroideas regulan diversas funciones corporales. Algunas de ellas son las siguientes:

  • La respiración
  • La frecuencia cardiaca
  • El sistema nervioso central y periférico
  • El peso corporal
  • La fuerza muscular
  • El ciclo menstrual
  • La temperatura corporal
  • Los niveles de colesterol
  • La velocidad a la que los intestinos procesan la comida

Cuando esta glándula no funciona correctamente, puede causar diversos problemas. No obstante, existen alimentos y suplementos que pueden ayudar a mantenerla sana y mejorar su funcionamiento.

Selenio

Para que las hormonas tiroideas puedan ejercer su función, tu cuerpo debe transformarlas en una forma activa, para lo cual necesita selenio. Además, ciertas enzimas que contienen selenio ayudan a proteger la glándula tiroides cuando estamos en una situación de estrés. El selenio también ayuda a reguilar nuestras reservas de yodo.

Puedes tomar 200 mcg de selenio al día para mantener sana tu tiroides.

Fuentes alimenticias: atún, champiñones, carne de vacuno, semillas de girasol, nueces de Brasil, vísceras, rodaballo, soja.

Zinc, hierro y cobre

Estos tres minerales son muy importantes para el funcionamiento de la tiroides. Un bajo nivel de zinc puede producir una falta de hormonas tiroideas y de hormona estimulante de la tiroides. La falta de hierro también puede producir una deficiencia de hormonas tiroideas. El cobre es importante para producir hormona estimulante de la tiroides y mantener la producción de hormonas tiroideas.

Toma 10 mg de zinc al día. Dado que el zinc puede bloquear la absorción de cobre, toma también de 1 a 2 mg de cobre al día.

Fuentes alimenticias

  • Zinc: Carne de vacuno, pavo, cordero, ostras frescas, sardinas, soja, nueces, semillas de girasol, nueces de Brasil, almendras, raíz de jengibre, cereales integrales, jarabe de arce.
  • Cobre: cangrejo, ostras, langosta, carne de vacuno, nueces, semillas de girasol, judías blancas, garbanzos, soja, setas shitake, cebada perlada, chocolate negro.
  • Hierro: vísceras, ostras, almejas, espinacas, lentejas, soja, judías blancas, semillas de calabaza.

L-tirosina

Es un aminoácido cuya deficiencia limita el número de hormonas tiroideas que el cuerpo puede fabricar. Para algunas personas puede resultar muy estimulante, causando nerviosismo e insomnio. Empieza tomando 200 mg al día o menos y eleva la dosis a 500 mg/día si lo toleras bien.

Yodo

Es el mineral más importante para el funcionamiento de la tiroides, ya que sin él la tiroides no puede fabricar las hormonas tiroideas. Es raro que haya deficiencia de yodo, pues la mayoría de la gente obtiene lo necesario a través de la alimentación. Aún así, es recomendable usar sal yodada para asegurarnos de que obtenemos la cantidad suficiente. La sal marina es preferible a la de mesa porque no contiene aditivos.

Fuentes alimenticias: las fuentes de yodo principales son los alimentos marinos: algas, como kelp, nori, kombu, dulse, arame, wakame, así como salmón, almejas, sardinas, ostras, gambas y la sal marina yodada. Otras fuentes de yodo son: huevos, espinaca, ajo, espárragos, acelgas, setas, semillas de sésamo, habas.

Antioxidantes

Las vitaminas A, C y E (junto con el yodo y el selenio) ayudan a combatir el estrés oxidativo.

Fuentes alimenticias

  • Vitamina A: brócoli, espárragos, lechuga, col, zanahorias, espinacas, boniatos, hígado, melón.
  • Vitamina C: brócoli, coles de Bruselas, coliflor, col, perejil, pimientos, fresas, guayaba, papaya, cítricos, kiwis.
  • Vitamina E: cacahuetes, almendras, semillas de girasol, habas, espárragos, verduras de hoja verde, cereales integrales, hígado.

Vitaminas del grupo B

Estas vitaminas ayudan también en la producción de hormonas tiroideas.

Fuentes alimenticias: yemas de huevo, vísceras, arroz integral, germen de trigo, setas, almendras, levadura.